Capítulo 29

312 33 10
                                    

//DOBLE ACTUALIZACIÓN, ESTA ES LA SEGUNDA PARTE//



Adrien

Humedad.

Sentí humedad sobre mi entrepierna, era una humedad envolvente, una humedad deliciosamente excitante, que me acercaba cada vez más a un posible orgasmo.

No entendía bien lo que sucedía, acaba de despertar y la sensación de humedad en mi entrepierna era la más exquisita que había sentido en mi vida. No tenía la menor idea de lo que estaba pasando, asique tuve que obligarme a abrir los ojos y alzar la sabana.

Apenas lo hice, lo supe. Claro que era ella, ¿Quién más si no?

La vista de ella arrodillada sobre mi miembro, metiéndolo a su boca, me hizo soltar un gemido.

Sonreí y recosté la cabeza sobre la almohada disfrutando una vez más de la gloriosa boca de mi mujer.

Esa noche que le había dicho que se ganara el perdón, Hanna lo tomo como una invitación a darme placer cada vez que tuviera tiempo... estaba recibiendo mínimo tres orales por día desde mi pelea con Hanna.

Estoy pensando seriamente en discutir siempre con ella.

Me faltaba poco, sentía en cada musculo de mi cuerpo que estaba cerca del orgasmo, lo que significa que mi novia ninfómana me estaba dando sexo oral desde hace un buen rato, mientras dormía.

Pensar en eso me ponía al límite.

Minutos me bastaron para venirme en su mojada y caliente boca. Hanna cerro más su boca sobre mi glande y sonreí viendo que se tragaba toda mi carga.

— ¿Ya no haces tus mascarillas? — La pregunta hace sonreír a la chica y niega.

— ¿Extrañas correrte en mi cara, pervertido? — Mi sonrisa se hace aún más grande viéndola lamerse los labios.

— Extraño comerte el coño más bien.

No bastaron más palabras, Hanna se apoyó sobre sus rodillas y subió su falda mostrándome su tanga sexy como la de cada día. Avanzó sobre mi pecho con cuidado de no tocar la zona delicada y se sentó sobre mi pecho sin cargar su peso en él.

— Si te dejo comerme el coño, ¿Me perdonaras?

Asiento acariciando sus muslos y subo mis manos por la tela que se abraza a sus caderas. Tiro uno de los costados haciéndolo chocar contra su piel y alzo mi cabeza besando su vientre.

Ignoro la punzada de dolor en el centro de mi pecho.

— Siéntate en mi cara y te perdonare está y las quinientas veces que la cagues más adelante.

Ríe avanzando más y una vez tengo su sexo contra mi cara inhalo su dulce aroma apretando sus dos nalgas. Murmura algo que no logro entender y tampoco es que tenga ganas de saber algo más cuando tengo lo más sabroso del mundo a solo unos centímetros.

Beso sus muslos lentamente sintiendo a Hanna moverse desesperada por no tener atención donde quiere. Tiro el costado de sus bragas y al ver que es igual de frágil que toda su lencería cara, la arranco por completo sonriendo por las quejas de la chica.

— Me debes un dineral en bragas Adrien D. Volkov.

Sonrió dándole una larga lamida a su coño mientras entierro mis dedos en su piel.

— Lo dices como si tus cuentas bancarias se vieran afectadas por comprar bragas.

Beso su monte con lentitud, bajando hacia su clítoris y deslizo mi mano hacia su entrada sonriendo cuando siento su caliente humedad. Es bastante, Hanna es del tipo de chica que literalmente estropea su ropa interior al excitarse, y eso me pone demasiado.

Buscando el Paraiso (+21)Onde histórias criam vida. Descubra agora