Capítulo 12

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Hanna

— ¿Tenías planeado lo de mi tanga?

— Si algo así.

Rio viendo como limpia nuestras corridas de mi coño y arrugo el rostro al verlo querer guardar la prenda en su saco.

— Todos sabrán que hueles a sexo si las guardas, aparte ya las rompiste, dámelas. — Las tomo con cuidado y las tiró tras el escenario con una sonrisa inocente.

Adrien niega bajándome del piano y arregla mi vestido con delicadeza.

— Te amo.

Miro sus ojos azules y tiro de su cinturón suelto besándolo con lentitud.

— Lo sé.

Siento sus labios estirarse en una sonrisa y arreglo su bragueta chupando su labio.

»— ¿Qué quieres escuchar esta vez?

Me siento en la banca y se encarga de abrir el piano frunciendo un poco el ceño.

— Sorpréndeme como siempre.

— Trata de reconocerla. — Muevo mis dedos sobre las teclas recordando cómo iba, y poniendo mi meñique izquierdo sobre Fa, sonrío y comienzo a tocar mirando los ojos azules de mi amado.

La introducción lo confunde, a cualquiera lo haría, así que cuando comienza la parte comercial, Adrien sonríe y comienza a tararear la canción en ruso haciéndome reír. No sabía qué cada idioma tenía su versión.

— Zhizn' v rozovom — Canta en su idioma la frase célebre y rio un poco.

*La vida en rosa <<ruso>>

—Il me dit des mots d'amour, — Canto en el idioma original haciéndolo sonreír. — Des mots de tous les jours, Et ca me fait quelque chose.

— La prefiero en ruso.

— Eso lo dices porque no sabes francés.

— Puede ser.

Rio sin dejar de tocar y comienzo a subir la intensidad ladeando ligeramente la cabeza cuando me olvido de notas, aunque la recuerdo al instante. En todo momento sin dejar de mirar esos ojos azules.

Aquí, todos saben hacer esto, nadie puede salir sin saber tocar el piano, aunque mis hermanos siendo Morgan, fueron la excepción. Lo que hago no es nada especial, pero él me hace sentir que sí lo es. Sus ojos brillan en emoción cada vez que la canción llega al clímax y sus sonrisas son genuinas.

Él me pone en un pedestal mucho más alto que en el que yo misma me pongo.

Y eso me da algo de miedo, ¿Qué está mal con él para estar conmigo cuando ya le confesé que soy una asesina? De Reed lo espero, el crio está demasiado jodido que me dijo que mataría a mis demonios sin pensarlo... pero Adrien, él es bueno.

Y yo lo estoy corrompiendo tanto, tan lento, que no se da cuenta.

Soy un maldito cáncer.

Dejó de tocar y Adrien toma mi rostro besando repetidas veces mis labios antes de decirme que lo espere, que ira al baño. Me quedo sola, y vuelvo a tocar.

Gymnopedie No. 1 de Satie resuena en el auditorio y cierro mis ojos sintiendo mi piel erizarse con cada nota.

¿Debería dejarlo?

¿Debería decirle lo mucho que ha cambiado?

¿Por qué me preocupa tanto?

¿Podría tener una relación con él, una de novio y novia? No lo creo, me conozco y si veo a un hombre caliente, voy a tirármelo... pero no he cogido con nadie más que él desde esa semana. ¿Es esa una señal de que si podría serle fiel?

Buscando el Paraiso (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora