Capítulo 8

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Hanna

— ¿Derek estás seguro?

— Si, ¿Dónde lo quieres?

Lo pienso mirando cómo sigue moviendo la mano.

— Esto es una locura.

— Lo sé, pero quiero hacerlo.

— Definitivamente no en la boca.

— ¿No? Qué aburrida.

— En la boca son sexys, en especial en la lengua. — Comenta la chica de los piercing y hago una mueca.

— Derek, hermanito, por lo que más quieras en la vida, no te hagas un tatuaje en la lengua.

El castaño ríe negando y deja de pasar las páginas señalando un dragón japonés en tinta roja, el cual vuela formando círculos con su cuerpo.

— ¿Quieres tatuarte un dragón?

— Quiero que nos tatuemos un dragón.

— ¿Qué significado puede tener un dragón? — Rio algo nerviosa.

Es grande, ni viendo un pene de treinta centímetros me había asustado tanto.

— En la cultura japonesa se cree que tatuándose un dragón, adquieren su poder y magia. — La chica se levanta y nos extiende otro libro.

— Vamos Hanna, ¿Dónde lo quieres? — Insiste Derek pasando las páginas del otro libro.

Suspiró profundamente.

— No quiero tatuarme un dragón.

— ¿Qué hay de este? — Se sienta a mi lado señalando el dibujo y lo miro curiosa.

— ¿Qué significa? — Se lo enseño a la chica y ella me sonríe con picardía.

— Poder, superioridad, y energía sexual.

— Lo quiero. — Sonrió con malicia.

🚬🚬🚬🚬

— ¿Duele? — Miro cómo la chica pasa la aguja por el brazo de mi hermano y él tira la cabeza hacía atrás tragando saliva.

— ¡Para nada!

— Pues disfrútalo porque el dragón es de quince centímetros, y apenas lleva la cabeza.

La chica ríe conmigo y Derek me da una suave patada.

🚬🚬🚬🚬

— ¿Duele? — Derek me mira con una gran sonrisa.

— Para nada.

— Pues disfrútalo por que mide...

— Derek si no te callas voy a golpearte cuando ella termine. ¿Por qué no miras cómo está quedando?

— ¡Qué asco! No voy a ver esa parte de tu cuerpo desnuda.

— Yo encuentro que está quedando muy sexy. — Ríe la chica y lo haría con ella, pero él dolor es más grande.

🚬🚬🚬🚬

— Vamos Derek, ven a verlo. — Rio viéndolo en el espejo y él niega dándome la espalda.

— Te creo cuando dices que quedo bien.

— No seas raro y ven a verlo.

— Raro es que quieras que lo vea.

— Solo es raro si lo haces raro. — Rio y él se gira bufando y se acerca lleno de curiosidad. Se concentra en solo mirar el dibujo y rio a carcajadas.

Buscando el Paraiso (+21)Where stories live. Discover now