Capítulo 31

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Adrien

Distrito de Krylatskoye.

Es una de las ciudades en Moscú, yo vivía allí en una urbanización privada. Era bastante bonita y respetada, casas grandes y antiguas, jardines siempre verdes, y parques en buenas condiciones.

Solía conocer a todos los que ahí vivían, de pequeño solía recorrer esas calles y saludaba a todos mis vecinos. Hasta que un día encontré a una familia nueva, estaban recién mudándose, eran los padres y una sola hija.

Cuando la vi, se quejaba de que la caja estaba muy pesada y su madre le dice que esa caja llevaba solamente los papeles de su vieja escuela. Recuerdo que se quedó pensando en eso, y volvió a quejarse mientras arrastraba la caja al interior de su nueva casa.

Me gusto de inmediato, tenía doce años y quede idiotizado por su cabello castaño, su figura delgada y sus intensos ojos grises.

No había día que no pasara trotando y tratara de verla. Hasta que un día me sorprendió, estaba mirando por la ventana, pensé que al igual que yo, ella se había enamorado de mí. Asique comencé a pasar con más frecuencia frente a su casa, a la misma hora, y ella siempre estaba.

La saludaba con la mano y ella me devolvía el gesto. Se lo conté a Boris y me dijo que debía ir y saludarla a su casa como se debía.

Lo hice.

Un día, dos semanas antes de empezar la escuela, me acerque a su casa en el mismo horario en el que corría, y toque su puerta. Ella me abrió y me sonrió.

"Eres el chico con demasiada energía, ¿Verdad? Me canso solo con verte correr."

Tome eso como una señal y le dije que yo igual la veía a ella, desde que había llegado, comencé a contarle las veces que fantasee con hablar frente a frente con ella y lentamente su sonrisa se fue borrando y su rostro se sonrojo por completo.

"¿Creías que todas las mañanas... yo te veía a ti?"

"¿A quién más sino?"

Ella dejo de mirarme y miro hacia la casa frente a ella. Confundido porque desviara la mirada de esa forma, me gire.

Olga Pavlova, la niña más hermosa de mi clase, vivía frente a ella. Estaba sentada en el sofá de su sala, y podíamos ver como se reía de manera escandalosa viendo un programa.

Algo hizo clic en mí y lo supe.

"Te gusta Olga"

Ella comenzó a negarlo diciendo que era imposible, que a las mujeres le gustan los hombres y que a ella le gustaban los hombres.

Y sentí algo de pena por ella, entendía lo que pasaba por su mente. En nuestra cultura, los homosexuales eran muy mal vistos, tanto que incluso son marginados. Los que lo eran, debían ocultarlo para evitar ser aislados socialmente.

Por eso cuando le dije a Alice que me había ido porque era "gay" lo entendió por completo, Rusia no era un lugar agradable para los homosexuales. Mis padres y hermano no pensaban diferente, y yo hubiese sido igual que ellos si no hubiese conocido a Ezzia.

No podía culparla, Olga era hermosa en ese entonces y a mi igual me gustaba, ¿Cómo a las chicas no iba a gustarle? Aun así, el pensamiento; "A las mujeres solo deben gustarle los hombres y viceversa" no encajaba en la situación... nunca lo hizo.

Ella comenzó a desesperarse pensando que se lo diría a alguien, asique le dije que no diría nada si iba por un helado conmigo. Si, la manipule, pero sirvió para que se relajara y dejara de pensar en eso.

Buscando el Paraiso (+21)Where stories live. Discover now