Capítulo 18

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Hanna

La puerta se abre y el hombre me mira sorprendido. No se mueve, yo tampoco. Sus ojos recorren mi rostro, como si después de todo este tiempo no pudiera creer que yo este aquí.

Admito que lo he extrañado un poco.

Su cabello va más largo, bajo sus ojos hay ligeras ojeras y sus labios están resecos.

— ¿Bebiste anoche? — Doy un paso hacía él y tomo su playera olfateando su boca.

— He estado bebiendo anoche, ayer durante el día, antes de ayer... — El olor a alcohol me hace cerrar los ojos y su aliento choca contra mi mejilla mientras sigue hablando con la voz enronquecida. — No recuerdo un día sin hacerlo... ah sí, una semana antes de llegar a Nueva York.

Alzo una ceja y él toma mi cintura haciéndome entrar. Cierra la puerta y me apoya contra ella con fuerza, provocando un poco de dolor en mi trasero y cabeza. Se inclina hacia mí y trago saliva.

»— ¿Por eso me querías aquí? ¿Para qué tu volvieras a ser una zorra y te juntaras con Abel otra vez? — Suelta con molestia contra mis labios mirándome mal.

La indignación me hace arder bajo la piel y miro esos ojos grises que tanto miedo me dan. 

Todos estos años, diciendo que me importa un trozo de mierda de perro que me digan de mil maneras zorra, ha sido verdad, pero también es verdad que ni una sola persona ha sido capaz de decírmelo a la cara, porque yo si me doy a respetar. Hanna Morgan no puede dejarse humillar por cualquiera.

Y carajo, me importa cuando insultos así vienen de gente que me rodea.

Le doy una cachetada y él la recibe tensando la mandíbula.

— Dios Reed, ¿En qué te has convertido?

Niega riendo y me suelta retrocediendo un paso. Me recorre con la mirada y siento su desprecio hacia mi persona cuando fija su gris en mi celeste.

— La pregunta es en qué me convertiste tú.

Se gira caminando hacía lo que parece la cocina y toma la botella de vodka sirviéndose un vaso completo.

Lo miro sin poder reconocerlo. El Reed que se subió al jet privado, es muy diferente a este.

La puerta a un lado se abre y miro sorprendida al chico que sale. La sorpresa de él es más grande.

— ¿Qué mierda haces aquí, Hale puto Ward?

El chico sujeta la toalla contra su cadera sin saber que decir y frunzo el ceño al ver el tatuaje en su ingle.

»— ¿Por qué putas mierdas tiene el tatuaje de mis hombres? — Camino hacía el pelinegro y me paro frente a él mirándolo fijamente.

Sus ojos grises me miran agotado.

— Porque Hale es mi mano derecha en todo tu maldito negocio.

— Lo metiste en el puto negocio. — Rio sin creérmelo y cuando va a beber del vaso se lo quito y lo tiro a los pies de Hale evitando que se mueva. Reed me reta con la mirada.

»— ¿Sabes que le acabas de condenar la vida?

— Si, Hale sabe lo que hace, y lo hemos hecho bien ¿No? Vendemos tu mierda y atendemos tu ROM. ¿Para eso no me querías? Pues felicidades, lo estoy haciendo bien. Ahora lárgate de mi departamento.

Vuelve a tomar otro vaso llenándolo de alcohol y cuando se lo lleva a la boca vuelvo a tirárselo a los pies de Hale haciendo que suelte un grito asustado cuando casi pisa un vidrio.

Buscando el Paraiso (+21)Where stories live. Discover now