- 33 -

3.4K 421 139
                                    



Respirar y otras
costumbres



Querido Diario:

Esta ha sido una semana difícil para todos.

Decidí tomarme una semana para enfocarme en mis estudios hasta volver a escribir en tí de nuevo, así que tengo tantas cosas que contarte, nunca sé cuales son las cosas realmente relevantes para contarte, así que empezaré en dónde me quedé:

—¿Y por qué no me llamaste? —había ido con Moisés el día después de la película, su madre había tenido razón, no había sido nada grave, solo algo de temperatura entre otras molestias— ¿Sabes lo preocupa que estaba al no recibir tus mensajes?

—No me apetecía que me vieras vomitando, no es nada lindo de ver —respondió divertido acariciando el dorso de mi mano, pero a mí no me dio mucha gracia—. Además, Dayana sabía porque llevamos una clase juntos y ella me tuvo que excusar con el equipo.

—La próxima vez solo dime: «estoy enfermo, pero no quiero que vengas».

Todavía me sentía un poco molesta, sabía que se había sentido indispuesto, pero una llamada no costaba nada...

—Lamento preocuparte, prometo llamarte la próxima vez, aunque realmente espero que no haya próxima vez.

Eso si me sacó una sonrisa, me terminé acostando con él en la cama, dejando mi cabeza en su pecho mientras él dejaba su mano en mi antebrazo y pude sentir como todavía tenía temperatura, por suerte, ya estaba medicado y tomando mucho líquido, se quedaría en cama algunos días.

—Por cierto, Izar te manda saludos —le comenté—, mañana iremos al cine junto a David.

Y así lo hicimos, fuimos los tres al cine, vimos una película de terror que en realidad resultó ser muy mala, pero Izar no se quejó porque ella la escogió, pero David no paró de hacer comentarios al respecto.

—Entonces, a la próxima tu escoges la película —dijo Izar de mala gana después de hartarse.

—¡Por supuesto que lo haré! —David volvió a tomar su papel de dramático y se nos adelantó, dejándome atrás con Izar—, ni creas que te volvemos a dejar escoger una película.

—Mi abuelo murió.

Me detuve cuando escuché a Izar decir eso, ella se había detenido unos pasos más atrás de mí y estaba viendo la pantalla de su celular, sentí como David había regresado sus pasos y quedó al frente de ella, y yo lo imité.

—¿Qué es lo que dijiste? —exigió saber David, esta vez sin rastro de diversión en su rostro.

—Mi abuelo acaba de morir —respondió Izar guardando de nuevo su teléfono en el bolsillo de su pantalón—, mi mamá me acaba de avisar.

—Lo siento tanto, Izar —le entregué la bolsa que cargaba a David que él tomó de inmediato y me acerqué más a ella para darle un abrazo que correspondió, luego dejé mis manos en sus hombros—. ¿Quieres que regresemos a tu casa?

—No —respondió y estoy segura que no solo yo junté mis cejas en completa confusión por su tranquilidad—. Viajaré con mis madres hasta la ciudad natal de mi abuelo, tengo hasta las seis para regresar a mi casa.

Esta vez, ella siguió caminando, y quedó al frente, y a David y a mi no nos quedó más remedio que seguirla, parecía bastante bien con esa noticia, quizás solo un poco molesta, pero bastante bien, supongo que cada quién lleva el luto a su manera...

¡Rayos!... Me Enamoré De Un Cristiano [Parte 1]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz