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Algo en común

Querido Diario:

En realidad, no sé cómo tomar lo que me pasó este fin de semana.

Nunca me imaginé que buscaría algo como ésto en Google, pero creo que fué para bien... solo espero no perder a la única amiga que realmente tengo.

En realidad, no me siento muy cómoda escribiéndolo...

¡Ay, Dios!, por favor, dame memoria para no dejar mi diario tirado y que mi mami no lo lea.

Mami, sí estás leyendo ésto, ¡DETENTE!, lo siento, solo me siento un poco paranoica.

Bueno, empezaré a contarte, era una tarde normal y tranquila, yo estaba a punto de matar a Gabi mientras ella estaba muy serena:

—¿Qué religión eres? —preguntó Gabi mientras me miraba con una sonrisa.

—Por la décimo novena mil quinientas un veces —dije mientras sentía que se estaba burlando de mí—, ¡que soy de la religión cristiana!.

—¿Qué religión eres?, y no exageres...

—¡Que soy de la religión cristiana!.

—¿Qué religión eres?

—Yo —dije y por fin entendí—, oh, jeje, ya entendí... em... no me digas... este... Romanos... este... 1:16. El evangelio es poder de Dios.

—¡Felicidades!, se nota que sí te aprendiste los versículos que te dejé —dijo y yo me sentí orgullosa de mí misma, pero pronto Gabi juntó sus cejas en un gesto de confusión—. ¿No escuchas el sonido de un celular?

En ese momento recordé que tenía mi celular en el cuarto, cargando, salí lo más rápido que pude, pues si la llamada se cancelaba no tenía forma de regresar la llamada.

—¿Hola?  —pregunté aliviada mientras le quitaba el cargador a mi celular.

—Hola, Jalei... Digo, Mary —dijo mi padre, se escuchaba ruido de fondo, quizás aún estaba en el trabajo.

—Descuida, no hay problema, ¿qué ocurre, papá?

—No, solo quería saber si ya llegó el cheque, ya que tu madre no pudo pasar por el personalmente y no ha contestado a mis mensajes.

—Sí, está en la mesa de la cocina, ayer llegó, pero mami hasta hoy va a ir al banco, vamos a ir a comprar la despensa, pagar las cuentas y va a dar el Diezmo.

—Ay, no sé por qué tu mami gasta dinero en eso —dijo con cierta molestia, ya que según él, no le gustaba que desperdiciaramos la ayuda que nos daba.

—Papi, es poner a Dios primero, además en...

—¿Sabes?, estoy ocupado y un poco cansado, ahí otro día me cuentas, mi niña, adiós, te amo, dale saludos a tu madre de mi parte.

A mi papá no le gusta el evangelio u otra religión, pero no es ateo... además, es que cuándo algo se le mete en la cabeza es bien difícil sacárselo, eso es bueno en el trabajo, pero en la vida... no creo.

Bajé las escaleras y Gabi seguía esperándome, aunque la noté un poco rara, cómo si estuviera un poco nerviosa.

—Era mi papá —expliqué acercandome hasta ella.

—Bueno, amiga, ya se me hizo tarde, me tengo que ir.

—Oh, está bien, cuídate —dije tratando de que no notara que yo notaba su extrañeza.

—Por supuesto, adiós.

Dijo marchándose, ni siquiera esperó a que la acompañara a la puerta, simplemente se fué.

¡Rayos!... Me Enamoré De Un Cristiano [Parte 1]Where stories live. Discover now