- 4 -

9.3K 830 127
                                    


Mi nueva amiga


Querido Diario:

Estoy escribiendo esto después de que Gaby se fué.

En realidad me gustó tenerla en mi casa, sí fué un poco diferente a traer a mis demás amigas o compañeros, pero al fin y al cabo lo disfruté.

Eran las 1:55 y ella no llegaba, así que me desesperé, no es que yo sea la persona más puntual, pero seguía desconfiando un poco de ella, aún no sabía por qué me estaba ofreciendo su ayuda, y sobre todo sin pedir nada a cambio.

No es como sí yo fuera la persona más agradable con ella en las últimas semanas, meses... años...

Mientras me cuestionaba las intenciones ocultas de Gaby empezaron a tocaron la puerta. Corrí a abrir y por fin había llegado.

—Hola, Mary.

—Hola, Gaby, querída, pasa, pasa eres bienvenida.

—Gracias. Oye, tu casa es muy bonita, nunca había tenido la oportunidad de visitarte.

—Ah, si, muchas gracias... es que mi papá no quiere que nos falte nada, ya sabes.

—Oh, a él no lo conozco.

—Ni yo.

—De verdad lo siento, no creí que...

—No tomes todo lo que digo en serio, solo brome... vamos, siéntate.

A pesar de que me divertí al ver la cara puso, debía de tener más cuidado, lo último que deseaba es que alguien sintiera lástima por mí, cuando en realidad no me importaban ese tipo de cosas.

—Gracias, bueno... ¿quieres que sigamos hablando?

—Si, claro.

En realidad quería decirle que no había aceptado a Jesús aún. me decía a mí misma que no importaba, pero, algo en mi interior me incomodaba...

Siempre había atribuido la habilidad de mi mamá de saber si miento o no al hecho de ser cristiana... ¿Gabi tendrá la misma habilidad?

—Ok... ¿sabes lo que Jesús vino a hacer aquí en la tierra?

—A morir por nuestros pecados.

Dije cómo que si ya lo había dicho billones de veces, no necesitaba que me dijera cosas que ya sabía pues mi madre ya me había hecho tomar una gran cantidad de clases de la iglesia, y no quería volver a tomarlas...

—Sí, pero es un poco más complejo... verás, antes los sacerdotes ofrecían sacrificios para Dios, para pedir perdón por los pecados del pueblo, pero solo ellos podían entrar al lugar santísimo, solo ellos se comunicaban con Dios... pero Dios nos ama de tal manera que envió a su hijo a morir en la cruz... el sacrificio perfecto... al morir Jesús ya no hace falta hacer más sacrificios, él ya pago por todos nuestros pecados y todos podemos comunicarnos con Dios, solo hace falta quererlo hacer, al aceptar a cristo, Dios perdona nuestros pecados y nos adopta como hijos.

—¿No es que somos sus hijos ya?

—No. antes de aceptar a cristo éramos creación, no hijos, y al aceptar a Jesús nos hacemos más que eso, nos convertimos en hijos de Dios.

—O sea que... ahora las dos somos hijas de Dios ¿no?...

—Si. —dijo Gabi con una sonrisa.

Yo quería decirle la verdad pero me daba mucha vergüenza, así que intenté cambiar el rumbo la conversación con lo primero que se me ocurrió:

—Y...y ¿qué tal todo con Julio?

—Pues, gracias a Dios, todo está bien.

—Y... ¿ya se besaron? —era una cuestión de lo más obvio, pero, conociendola, no creo que hayan hecho algo más que solo eso...

La pobre solo se cubrió la cara con las manos... yo solo me reía a verla así. Descubrió su rostro dejando ver su cara sonrojada... nunca había visto a nadie tan sonrojado, sobre todo, nunca había visto a Gabi actuar así...

—Si...

Su voz era un hilo, casi como un chillido, y no pude evitar emocionarme.

—¡Ay, que emoción! Ahora si es oficial... ¿cuánto tiempo llevan?.

—Mañana cumplimos un mes.

—¿Qué? ¿Un mes?... Si los he visto juntos desde siempre, además él va a la iglesia desde hace un par de meses, es más, diría que ya va a cumplir un año... ¿por qué apenas llevan un mes de novios?

—Pues, sí lo conozco desde siempre, y pues desde siempre lo invitaba a la iglesia, pero él nunca quería, hasta casi un año que él acepto ir, y aceptó a Jesús, y hace un mes que me pidió que fuéramos novios y acepté.

—Yo pensé que él iba a la iglesia por ser tu novio...

—Pues, no... fué su decisión.

—El otro día estaba hablando con mis amigas que tu, a Julio lo... cambiaste...

—Sí... ha cambiado mucho, pero para bien.

—Eso pasa cuándo aceptas de verdad a Jesús, ¿no? —mencioné algo ida, como si lo hubiese dicho más para mí misma que para ella.

—Exactamente.

De nuevo mi mente se había quedado en blanco, solo procesando lo que Gabi me había dicho, pero el silencio que se formó entre nosotras me incomodó tanto que me levanté para poder ser más cortés con ella y ofrecerle algo.

—Oye... ¿quieres algo de beber?, tenemos limonada, agua, jugo...

—Una limonada estaría bien.

—Ahorita la traigo...

Fuí a traer la limonada y nos sentamos a ver una película infantil porque nunca decidimos que ver, aunque al final no le pusimos atención, una, porque ya la sabíamos de memoria, y otra porque pasamos el resto de la tarde entre recuerdo de cuando fuimos compañeras y sobre como ella lamentaba no haberme ayudado y quizás, así no estaría repitiendo mi año escolar...

—Disculpa que vimos esa película...

—Descuida, la próxima vez traeré una —dijo sonriendo, en otras circunstancias me hubiera negado, dejándole en claro que no se repetiría, pero parecía realmente ilusionada...

—Yo... Si, creo que será mejor...

—Bueno, ya me voy, quedé con Julio, adiós —dijo levantándose y tomando su cartera, y sin previo aviso, se inclinó para abrazarme.

—Oh... está bien, adiós —dije guiándola a la salida, dónde nos despedimos con un beso en la mejilla.

Al final nunca le conté que aún no he aceptado a Jesús... ni siquiera sé porque no lo hice, mejor esperaré a que en la iglesia hagan el llamado y aceptaré, después de todo parece que a cada rato lo hacen... bueno, Diario eso fué lo que paso hoy.


 bueno, Diario eso fué lo que paso hoy

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Rayos!... Me Enamoré De Un Cristiano [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora