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Fiesta de aniversario

Querido Diario:

Hoy es Lunes, pero a pesar de este ser siempre un día de mí desagrado (solo superado por el Domingo), hoy estoy de muy buen humor, creo que se debe a que hice nuevos amigos, y pensé que era buena idea contartelo:

Me levanté y me bañe, como de costumbre, y no hice mis deberes de la casa, como de costumbre. 

Solo me senté en el sillón a ver televisión, ya que después de una maratón de tutoriales que ni siquiera sé si me servirán, mi celular estaba descargado... estaba concentrada en lo primero que llamó mi atención después de tanto cambiar canales cuando mi mamá salió de la nada muy emocionada.

Me puso su teléfono en mi mejilla sin mediar palabra, yo, aún confundida hice lo que me pareció más coherente:

—¿Hola? —mi voz sonó tímidamente mientras miraba a mi madre que aún no me daba ningúna pista de qué pasaba o quién era el que estaba al otro lado de la linea.

—Hola Mary, soy Gabi, ¿cómo estas?

—Ah, hola, Gabi, muy bien ¿y tú? —hablé mientras le quitaba el celular a mi mamá y me sentaba más cerca del borde del sillón.

—Pues bien, también... intente llamarte pero no contestabas —pude notar algo de recelo en su voz así que no pude evitar sonreír.

—Sí, es que mi teléfono está en mi cuarto, cargando, y siempre lo tengo en silencio.

—¿Tienes planes para hoy?

—No, la verdad, solo planeaba quedarme en casa...

Estela y Esther estaban de compras, ya que pronto era el regreso a clases, así que fueron a comprar sus útiles a su antojo... yo quería ir pero mi mamá no me dió permiso, así que iría otro día.

—Pues, me reuniré con unos amigos dentro de una hora en el parque y yo me preguntaba si quisieras venir...

Mi mamá al parecer ya estaba enterada de estos planes, ya que solo me decía con la cabeza que dijera que sí.

—Ok, pasa por mi, dentro de unos 40 minutos estaré lista.

—Está bien, solo ve con un pantalón, tenis y péinate con una cola de caballo, oh, casi lo olvido, no te maquilles, hasta pronto.

—¿Pero, por qué?... ya me colgó —dije algo desganada mientras le regresaba el teléfono a mi madre.

Sus instrucciones fueron un poco... ¿raras?, pero, las obedecí. 

Subí de inmediato a mi cuarto y me puse unos jeans, unos tenis y me hice una cola de caballo alta... me miraba extraña en el espejo, pero no me maquillé, solo un poco de bálsamo en los labios y ya... volví a bajar para seguir viendo televisión, después de unos minutos de eso tocaron la puerta y corrí a abrir, extrañamente estaba emocionada de que Gabi llegara por mí y tenía muchas cosas que preguntarle:

—¿Nos vamos?

Ahí estaba ella, tenia unos jeans, una camisa manga larga roja, unos tenis negros y una cola de caballo alta y llevaba en sus manos una cacerola (olla), el rostro de Gabi parecía reluciente, muy al contrario al mío que parecía un poco pálido, pero en mi defensa yo estaba acostumbrada a maquillarme, y solo obedecí porque en realidad tenía mucha curiosidad de lo que pasaría.

—¿Para que la cacerola? —cuestioné mientras sentía como mi madre se había puesto detrás de mí.

—Tu solo ven —me pidió mientras me tomaba de la mano y me sacaba de mi casa.

¡Rayos!... Me Enamoré De Un Cristiano [Parte 1]Where stories live. Discover now