02 | no es como cerveza de mantequilla

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II. NOT LIKE BUTTERBEER

No había pasado ni un día hasta que Allison volvió a convencer a su hermano de salir a dar una vuelta

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No había pasado ni un día hasta que Allison volvió a convencer a su hermano de salir a dar una vuelta. El soborno con el helado no había funcionado aquella vez, así que Allison tuvo que recurrir a lo mejor que sabía hacer: hablar por los codos hasta hartar a la gente. A pesar de toda la práctica que Harry tenía para aguantar a su hermana, últimamente no estaba del mejor humor, y acabó cediendo.

—Solo quieres verles porque estás colada por alguno —dijo Harry, mientras estaban de camino al campo de rugby donde Gilbert le había contado a Allison que solían quedar por las tardes—. Seguro que es de ese Albert, o como se llame.

—Sabes muy bien que se llamaba Gilbert —apuntó Allison, rodando los ojos. Estaba claro que Harry no había superado que le llamase Harold.

—No me gusta ese tío, Allison. No te sacó los ojos de encima, y cuando te enseñó a lanzar el balón se acercó demasiado y era totalmente innecesario.

—Si vas a ponerte así de pesado cada vez que un chico me tira los tejos, me compadezco de ti. Porque, ¿me has visto bien?, está claro que van a intentar ligar mucho conmigo.

Harry le dio una patada a una piedra, que chocó contra un árbol.

—¿Por qué no lo intentas con chicas, mejor? —propuso él.

—Si pudiera, lo haría. Pero parece que solo los tíos quieren ligar conmigo.

Acababan de llegar al campo, y pudieron comprobar que tres de los chicos se encontraban ahí; faltaba Keith, el pelirrojo.

—¡Allison!, ¡Harry! —escuchó gritar a Campbell, y Allison les saludó con la mano.

Se acercaron hasta ellos, que estaban a mitad de campo haciendo pases con el balón mientras hablaban de algo, aunque se habían interrumpido por la llegada de los hermanos. Campbell, que era quien tenía la pelota, se la lanzó a Allison para que la atrapase, y así lo hizo, ante los vítores de los tres.

—Qué pena que no pudierais venir a la fiesta —se lamentó Gilbert cuando Allison le pasó el balón a él.

—No nos dejaron volver a salir —repuso Allison, haciendo una mueca.

—¿Padres estrictos? —preguntó Murray cuando la pelota llegó a sus manos.

—No lo sé, están muertos —soltó Harry, y el balón cayó al suelo rebotando en un ángulo extraño.

Las caras de los tres chicos eran todo un poema. Gilbert tenía los ojos tan abiertos que a Allison le recordó a Dobby, el elfo doméstico; Murray parecía haberse atragantado con algo, porque empezó a toser; y Campbell les miró con una extraña expresión, como si esperase que le dijeran que estaban de broma.

—Como Harry ha tenido la delicadeza de decir —intervino Allison, dirigiéndole una gélida mirada a su hermano—, murieron. Pero fue hace muchos años, no tenéis que preocuparos.

[3] KISS AND MAKE UP, wizarding worldWhere stories live. Discover now