19 | errores, todos los cometemos

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XIX. MISTAKES WE ALL MAKE ‘EM

Lo primero que Allison escuchó a la mañana siguiente fue un fuerte ¡crack! antes de notar un peso hundiéndose a los pies del colchón

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Lo primero que Allison escuchó a la mañana siguiente fue un fuerte ¡crack! antes de notar un peso hundiéndose a los pies del colchón. Abrió los ojos, sobresaltada, y se dio un golpe en la cabeza con la pared.

George soltó una sonora carcajada y, aunque Allison iba a gritarle algo, acabó uniéndose a las risas porque no se había hecho daño.

—Buenos días a ti también —le dijo al chico, acomodándose para poder sentarse bien—. ¿Qué haces aquí?

—Venir a ver si estabas despierta —respondió él, sonriendo con picardía.

—Ahora lo estoy, desde luego.

Echó un vistazo por la habitación y comprobó que estaban a solas, pues Hermione ya debía de haber bajado a desayunar. El reloj marcaba que faltaban unos minutos para las diez de la mañana. Con el susto se le había ido todo el sueño.

—¿Te vas a quedar ahí mirándome? —le preguntó a George, quien no se había movido todavía.

—¿Prefieres que haga otras cosas?

Allison alzó las cejas.

—Es un poco pronto, ¿no crees? —dijo ella, señalando el reloj con la cabeza.

George se movió hasta sentarse al lado de Allison, sin dejar de mirarla con una sonrisa. Eso hizo que ella se pusiera algo más nerviosa, pero no dejó que lo notara.

—¿Qué tal estás? Ya sabes, por lo de tu padre.

—Bueno, desde que fuimos a visitarlo anteayer estoy más tranquilo. No veas el susto que nos llevamos...

—Sí, Sirius nos contó ayer a Liz y a mí que estuvo a punto de daros un puñetazo. No os lo toméis personal, es que no le sienta muy bien estar aquí encerrado.

George soltó una carcajada y se encogió de hombros. Acto seguido, se tumbó en la cama, con los brazos por debajo de su cabeza.

—¿Has venido porque mi cama es más cómoda que la tuya? —dijo Allison, recostándose y apoyándose de lado en el colchón, encarando a George.

—No. He venido porque en la mía no estabas tú.

Antes de que George se colocase de lado, para estar frente a frente, el estómago de Allison se revolvió con nerviosismo.

Lo del otro día había sido un desliz. No podía volver a pasar. Y tampoco debería estar sonriendo como una tonta. Ni George tendría que agarrarle la mano y envolver sus dedos entre los suyos.

Maldito George, se supone que te había superado.

—Igual deberíamos hablar —dejó escapar Allison, observando sus manos entrelazadas.

—También podríamos besarnos otra vez.

¿Era necesario que fuera tan directo? Iba a provocarle un infarto algún día.

[3] KISS AND MAKE UP, wizarding worldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora