[3] KISS AND MAKE UP, wizarding world

01 | el perro más bonito del mundo

I. THE CUTEST DOG WORLDWIDE

Los primeros días de julio fueron algo caóticos. Para empezar, Maddison y Remus siempre estaban dando vueltas, apareciendo y desapareciendo a todas horas y sin informarles mucho de lo que hacían. Eso sí, siempre se quedaba uno de los dos en la casa, y si tenían que irse al mismo tiempo, Lyall Lupin venía a hacerse cargo de ellos.

Allison, Harry y Eliza no tenían mucha información útil sobre lo que ocurría, tan solo lo poco que les contaban Maddy y Remus. Un día a principios de julio, Maddison llegó a casa particularmente enfadada. Había estado discutiendo con alguien, estaba agitada y con la cara algo roja. 

—Chicos, sentaos. Voy a explicaros qué está pasando, porque me importa una mierda toda esa basura de que no podéis saber nada.

Eliza, que había estado jugando con Atenea, su puffskein, corrió enseguida a sentarse en el sofá para escuchar a su madre y enterarse de lo que ocurría. Allison pegó un grito por las escaleras para que su hermano bajase, ya que se había encerrado en su cuarto. Una vez los tres estaban colocados en el salón y expectantes a lo que la mujer fuera a contarles, ella empezó a hablar:

—Cuando Quien Vosotros Sabéis estaba en el poder durante la Guerra Mágica, Dumbledore fundó una organización secreta con la intención de vencerle. Se llama la Orden del Fénix, y Remus, Sirius, James, Lily y yo, entre muchos otros, formamos parte de ella, antes de... ya sabéis, aquella noche.

Los tres asintieron, sabiendo de antemano —y por encima— aquello. No solían contarles mucho sobre la época posterior a Hogwarts, pero sí que habían mencionado que lucharon contra el Innombrable. 

—Ahora que ha vuelto, Dumbledore está reconstruyendo la Orden, reuniendo a viejos miembros y reclutando a nuevos. El mes pasado, después de que terminase el Torneo, estuvimos buscando el lugar más seguro para situar el cuartel general, donde se realizan las reuniones. Estamos haciendo algunas... misiones, por llamarlas de alguna forma, que no puedo explicaros. Y...

—¡Maddison!

Remus acababa de aparecerse en el salón, y también tenía un aire acalorado.

—Dumbledore no quiere que sepan más de la cuenta.

—Me trae al cuerno, Remus. Quiero que mi hija y mis ahijados sepan por qué estamos corriendo todo el día y no podemos ni comer en paz. Esto les afecta directamente, y lo sabes muy bien.

—Oye... —dijo Allison, levantando la mano como si quisiera pedir permiso para hablar en clase. Claro que en clase no se sentaba con las piernas dobladas y la cabeza apoyada sobre sus rodillas—. ¿Dónde está Sirius? Dumbledore le ordenó a final de curso que se quedara en casa y, a no ser que necesite usar gafas con mucha urgencia, no lo he visto en toda la semana.

—Sirius está en el cuartel general —respondió Maddy, y Remus le dirigió una furtiva mirada de exasperación—. Dumbledore quería que se trasladase ahí cuanto antes, se fue el día de antes de que llegaseis de Hogwarts.