[3] KISS AND MAKE UP, wizarding world

13 | Potter equivocado, perdón

XIII. SORRY, WRONG POTTER

No faltaba mucho para que esa segunda semana de castigos con Umbridge terminase. Era domingo, y Allison se dedicaba a dormitar sobre el libro de Historia de la Magia, mientras se suponía que debería estar haciendo tarea con Hermione. Habían salido a los jardines y hacía un día demasiado bueno como para malgastarlo estudiando.

—Allison.

Levantó la cabeza de golpe, esperando la regañina de Hermione, pero no era ella quien le había llamado. Cho estaba de pie, sonriendo con ciertos nervios.

—Hola, Cho —la saludó, frotándose los ojos en un intento de desperezarse—. ¿No tendrás por casualidad los deberes de Historia de la Magia del año pasado? Te los compro.

—Ni se te ocurra —la regañó Hermione, frunciendo el ceño.

Cho soltó una risita y negó con la cabeza.

—Lo siento, Ally, pero no los tengo. En realidad, quería preguntarte una cosa... —reconoció, rascándose la nuca

Allison miró a Hermione de reojo, como si esperara que se moviera para dejarlas solas. Pero ella estaba leyendo de nuevo y no la vio.

—¿Te parece bien si me lo cuentas de camino al castillo? Tengo un castigo con Umbridge en unos... diez minutos —dijo Allison, consultando la hora en su reloj.

—Por supuesto.

Así que Allison se puso en pie, se despidió de Hermione y se fue andando, al lado de Cho, en dirección al interior de la escuela. Cho no dejaba de mirarse las manos y moverlas con intranquilidad.

—¿Te encuentras bien?

—Ah, sí, claro que sí —contestó Cho—. Pero, uhm, me preguntaba si... Bueno, ¿te acuerdas de lo que me dijiste la semana pasada? El sábado, cuando hablamos en la mesa de Ravenclaw en el desayuno.

—Claro.

Se refería a cuando insinuó que su hermano estaba por ella, ¿verdad?

—He estado pensando, y...

Se quedó en silencio y se paró a mitad del desierto pasillo, por lo que Allison hizo lo mismo, expectante. ¿Lo habría pillado, que se refería a Harry? La observó con una sonrisa, mientras que Cho levantó la mirada, tomó aliento y se acercó a ella.

Entonces la besó. Y Allison se quedó petrificada.

Ni siquiera le dio tiempo a pensar antes de que Cho se separase. Se llevó una mano a la boca y cerró los ojos, temerosa por la reacción de Allison, porque no sabía lo que acababa de hacer.

—¡Perdón! —mustió, agobiada, Cho—. No debería haber...

—No pasa nada —murmuró Allison, mirándola con los ojos muy abiertos y llenos de sorpresa—. No sabía que... Oh, Cho, a quien le gustas es a mi hermano.