10 | coged una galleta

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X. TAKE A BISCUIT

Allison bajó cabreada los dos pisos que había hasta el despacho de su jefa de casa, y cuando llegó a su puerta llamó con los nudillos

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Allison bajó cabreada los dos pisos que había hasta el despacho de su jefa de casa, y cuando llegó a su puerta llamó con los nudillos. No se arrepentía de nada de lo que había pasado en clase de Umbridge.

—¿Qué ocurre, Potter? ¿Por qué no estás en clase? —preguntó la profesora McGonagall, abriendo la puerta y dedicándole una severa mirada.

—Umbridge me ha pedido que le diera esto —señaló la chica, mostrándole el rollo de pergamino que el sapo rosa le había entregado. 

La profesora McGonagall lo cogió, con el ceño fruncido, y se puso a leerlo. Cuando terminó de hacerlo, le indicó que pasara adentro y tomase asiento. 

—Has agredido a una compañera —dijo McGonagall, una vez sentadas cara a cara. 

Allison no vaciló.

—Umbridge no paraba de repetir que nadie iba a atacarnos durante su clase, incluso después de recordarle sobre el falso Moody. Así que le he demostrado que se equivocaba. 

—Y le has lanzado el encantamiento de cosquillas a Lavender Brown. 

—La verdad es que se lo merecía —se defendió Allison, cruzándose de brazos. Seguía enfadada con ella también.

—Y le has gritado en defensa de Remus. 

—Sí. 

McGonagall se quedó observando a Allison durante unos eternos segundos. Entonces empezaron a escucharse gritos fuera:

—¡Cállate!

La profesora se puso en pie y caminó hasta la puerta, abriéndola de golpe. Allison se asomó, porque estaba segura de que había sido la voz de su hermano. 

—¿Tú también, Harry?

Le indicó que pasara y se sentase en la silla al lado de Allison. Después de que la profesora McGonagall leyese la nota que traía Harry, volvió a quedarse mirando a ambos Potter. 

—¿Es verdad que has gritado a la profesora Umbridge? —le preguntó a Harry. 

—Sí.

—¿La has llamado mentirosa?

—Sí.

—¿Le has dicho que El Que No Debe Ser Nombrado ha vuelto?

—Sí.

La profesora frunció el ceño de nuevo y, cuando Allison esperaba que fuera a echarles la bronca, dijo:

—Coged una galleta.

—¿Cómo? —se extrañó Allison.

—Que cojamos... ¿qué?

—Coged una galleta —repitió con impaciencia, señalando una lata de cuadros escoceses que había sobre uno de los montones de papeles de su mesa.

[3] KISS AND MAKE UP, wizarding worldWhere stories live. Discover now