2 🐺 El Siberiano

1.3K 185 16
                                    

Finca de los Blassone

ओह! यह छवि हमारे सामग्री दिशानिर्देशों का पालन नहीं करती है। प्रकाशन जारी रखने के लिए, कृपया इसे हटा दें या कोई भिन्न छवि अपलोड करें।

Finca de los Blassone

Durante la noche de aquel mismo día donde se presentó el hombre que estaba interesado en comprar la finca, Millennia despertó de un sueño tan placentero como extraño también. Había creído que estaba en aquel lugar frondoso y lleno de pinos, y caminaba con tranquilidad por la zona hasta que se encontró con una manada de lobos de colores grises y blancos. Aunque debía tenerles miedo, su intuición la llevó a acercarse más a ellos porque así lo querían estos también. Uno de ellos parecía guiarla por un camino sinuoso de rocas, matorrales y flores silvestres, mientras que los otros cuatro se mantenían alrededor de ella como un escudo protector. Quedó frente a una cueva sin saber lo que significaba aquello y el sueño acabó abruptamente allí.

Salió de la cama y se asomó por la ventana, una ventana que daba al jardín trasero y de ahí continuaba un bosque más profundo. Animada por la intuición se giró en sus talones y descolgó del perchero de su cuarto la capa lila con capucha para salir de la casa y caminar por los alrededores.

Cuando estaba en la planta baja, caminó hacia la cocina y encendió un farol de noche para salir por la puerta de servicio y dirigirse al jardín y adentrarse con más profundidad a la hectárea de árboles que era parte de la finca. A pesar del miedo que sentía, conocía la finca y sus alrededores como la palma de su mano, jamás se había perdido y era buena recolectando flores y plantas para realizar sus propios bálsamos, aceites y cremas. Su madre la ayudaba con esas cosas pero ella era la que estaba muy metida en todo ese mundo de las propiedades de la floricultura.

Un aullido seguido de un lloriqueo se escuchó no muy lejos de donde ella se encontraba y levantó el farol para alumbrar el camino. Miró hacia atrás sintiendo que alguien la observaba pero no encontró a nadie allí, volvió a dirigir la miraba al frente y bajó la vista, se acercó y se arrodilló dejando a un lado el farol para observar con atención al animal herido.

―¿Qué te ha pasado? ―cuestionó con preocupación en su voz.

Millennia intentó tocarlo y el animal se quejó, y se lamió una de las heridas.

―No te preocupes, trataré de levantarte y llevarte a la casita que está al lado de la finca, no puedo dejar que te vean mis padres.

La joven se quitó la capa y como pudo, tratando de no hacerle más daño del que ya tenía lo cubrió para levantarlo en sus brazos.

―Cómo pesas. ―Se quejó y pasó un brazo por la manija del farol para dirigirse a la casita y esconderlo allí.

La muchacha caminaba un poco derecha y otro poco zigzagueando por el peso del animal, se tropezaba algunas veces pero con resistencia llegó para meterlo en un rincón y cubrirlo mejor con la capa. Le dejó agua fresca en un recipiente y el animal bebió de a poco. Ella mientras tanto fue buscando el botiquín de los primeros auxilios para curarle las heridas y un bálsamo, y una crema que ella creyó que le curarían más rápido su maltrecho cuerpo. Se acercó una vez más para arrodillarse frente a él y lo destapó para inspeccionar las heridas.

El Siberiano de Génova ©जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें