1 🐺 Tratos y Pactos

1.4K 189 42
                                    

Génova, Italia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Génova, Italia

Año 2021

Los Valentini durante décadas vivieron en diferentes lugares hasta volver a asentarse en la Génova de hoy en día, donde los padres de Amos de a poco y con esfuerzo comenzaron a ser respetados por el trabajo que tenían, el cual había dado sus frutos en poder establecerse con el transcurso de los años como una de las familias más ricas de Italia. Y en el correr de aquellos años, nacieron dos hermanas idénticas también.

Amos por su parte, había dedicado su vida en comprar y vender propiedades, y en comprar para construir nuevos establecimientos y no fue la excepción cuando lo contactó un hombre argentino, radicado con su esposa e hija a las afueras de Génova, en una finca a la cual, él ya le había echado el vistazo.

Aquella tarde y de camino al encuentro con aquel hombre, Amos comenzó a percibir en el aire un rico perfume natural, aroma que a medida que se acercaba a aquella finca se iba acentuando mucho más. Cuando llegó, lo recibió un hombre de mediana edad quien lo hizo pasar de inmediato a la sala y luego lo condujo a su despacho para que pudieran hablar con tranquilidad.

—Al fin nos conocemos Siberiano de Génova —emitió el argentino observándolo con atención.

Amos había quedado pasmado ante las palabras que le dedicó el argentino pero no comentó nada excepto aceptar el apretón de manos cuando el individuo se la extendió.

—Blassone, nos conocemos al fin —acotó sin ánimos en su voz.

—Siéntate por favor mientras le pido a mi esposa que nos prepare café —contestó abriendo la doble puerta de nuevo.

El aroma sutil y dulce impregnó de nuevo la nariz de Amos y quedó demasiado encantado con lo que olía. Estaba seguro que alguien más vivía allí o por lo menos a los alrededores.

El canto armonioso de la voz de la mujer hizo que el hombre se diera vuelta en la silla para observarla con la cabeza girada hacia ella. Franqueza mostraban sus ojos y se levantó del asiento para presentarse porque sentía que su personalidad era sincera.

—Señora Blassone, ¿verdad? —expresó él.

La mujer desvió la vista hacia él y quedó sorprendida por la presencia que tenía.

—Sí.

—Amos Valentini —le dijo estrechando la mano con la de la mujer.

—Encantada en conocerte... mi marido me habló de ti, ha dicho que estás interesado en comprar la finca.

—Sí, y estoy dispuesto a pagar el doble de lo que vale —admitió con énfasis.

—¿En serio? —preguntó asombrada.

—Sí, de verdad.

—Nuestra hija vivirá bien entonces —comentó, dejando entrever algo que Amos era ajeno hasta ahora—, enseguida traeré café —notificó dejando a ambos a solas de nuevo.

El Siberiano de Génova ©Where stories live. Discover now