💙 Capítulo 36 💙

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XXXVI: Confesiones

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XXXVI: Confesiones.

Narra: Elisa

La pesadez del ambiente se puede palpar con las yemas de los dedos. El hormigueo en mis extremidades surge como si mi cuerpo presintiera que estoy en peligro.

—Hay que sentarnos —interviene mamá sujetándome de las manos. Obedezco.

La respiración de los tres se vuelve pesada. La suya, asumo, por lo que me dirán y la mía por el pésimo intento de suavizar lo que sea que intenten suavizar, solo logran ponerme los nervios de punta.

—¿Por qué me tratan como si estuviésemos en un funeral y yo me fuese a romper?

—¿Sabes quién fue Adrián Villarreal? —contesta papá con otra pregunta. Niego. Jamás había escuchado ese nombre— El padre de Lucas, era un hombre muy importante —no pasa desapercibido que se refiere al señor en pasado— y Marcelo Gómez era su socio, ambos tenían partes iguales de la empresa que fundaron y unos cuantos más eran socios minoritarios, sujetos que solo aportaban capital pero que casi no tenían voz a la hora de decidir —explica sin emoción. Me confunde más—. Nuestro bufete ha trabajado para ellos desde hace años. Marcelo quería expandirse a otros países, pero Adrián se negaba debido a que la inversión era arriesgada debido a la mala racha que estaban pasando; pero el señor Gómez tenia hojas en blanco con la firma de su socio y me pidió que redactara dos documentos, uno para cederle las acciones como pagó...

«Hojas en blanco con la firma de su socio» «Ilegal»

—¿Pago a qué? —desconozco mi voz, sé que lo dije yo por el ardor en la garganta.

Respira hondo —El otro documento reconocía las cantidades de dinero que había estado lavando Marcelo.

La magnitud de lo que me está diciendo es arrolladora. Esto es malo. No hay anestesia para asimilar lo que le hicieron a ese hombre. Cierro los ojos negándome a llorar.

—¿Lo hi-hiciste? —la pregunta es estúpida, lo reconozco pero me niego a que la persona que más admiro en el mundo me diga que hizo fraude.

El silencio responde por él.

Inhalo, no hay suficiente oxígeno en la habitación.

—¿Mamá? ¿Tú sabias?

Su mano sobre mi rodilla comienza a desarmarme, se me escapa un leve y casi imperceptible sollozo.

La cabeza me punza.

¿Por qué? ¿Por qué dañar a un hombre inocente? ¿Dónde quedaron esos valores que me inculcaron de pequeña?

—Hicieron que Adrián Villarreal quedara sin el fruto de su trabajo... —digo en voz alta— y no solo eso, lo dejaste como un delincuente.

Mi mente se convirtió en una gran espiral llena de información que duele procesar.

No soy ciega [✔️]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon