No soy ciega [✔️]

💙 Capítulo 30 💙

XXX: Locas teorías.

Narra Elisa.

Me pidió ser su novia y me dio un anillo.

Me pidió ser su novia y me dio un anillo.

Me pidió ser su novia y me dio un anillo.

¡Lucas me pidió ser su novia y me dio un anillo!

¡A mí!

¡Hoy!

Y dije que sí. ¿Qué hay de malo con eso? Creo que nada, él tiene razón y estos meses según la opinión de Julieta y Raquel nos tratamos como tal, él sabe mis limitaciones y lo que conlleva salir conmigo, quiero esto y sé que no puedo estar más feliz.

No me lo creo a pesar de haberme pellizcado más de seis veces, no me lo creo.

¿El anillo significara algo o solo es un regalo de cumpleaños normal?

¿A quién engaño? Claro que no es normal, no es normal que un par de palabras y un anillo provoquen este maremoto dentro de mi ser, aun que teniendo en cuenta al dueño de ello claro que es normal, normalísimo caramba.

Divago sin control durante los últimos minutos, donde respirar con normalidad en este extraño estado de éxtasis es complicadísimo.

A mis pulmones ya se les olvido como conseguir oxigeno y todo es culpa de Lucas Villarreal. Ese chico tierno, divertido, a veces un poco ñoño y otras el chico malo que coloniza mis emociones y atención con una sola palabra, una sola caricia.

Sentirme en una nube, intocable y radiante es el mejor regalo que me pudo haber dado.

—Gracias —susurra contra mis labios.

Me toma, de nuevo, entre sus brazos pero esta vez no me da vueltas.

El agua salada vuelve a mojar mi piel cuando me suelta.

—Años tenía que no iba a una playa —dice divertido mojándome la cara. Intento devolvérselo y se carcajea lo cual solo me ayuda a identificar con mayor precisión su ubicación, manoteo intentando darle, jamás sabré si lo logre o solo me vi como una idiota pero eso en este momento no me interesa, solo quiero divertirme con mi novio.

Wow, ni veinte minutos y ya lo llamo novio. Me encanta.

—¿Por? —pregunto después de una mini guerra de agua que se detuvo cuando lo escuche toser por ahogarse, en mi mente sonó una pequeña campanita de victoria sin querer.

—Si hoy tardamos un par de horas, desde mi antigua casa a la playa más cercana tardaríamos por lo menos 10 horas en auto —Cierto, había comentado que vivió cerca de la capital.

Su antigua vida me causa intriga, no lo puedo negar siempre he sido muy curiosa. Me ha contado un par de cosas pero en su mayoría son anécdotas de cuando era niño, el tema de sus padres es punto y aparte, por lo que usualmente lo evito; sin embargo a su madre la conocí un día que Lucas me invito a su casa y creo que no esperaba que su progenitora estuviese ahí porque se quedo callado y podía incluso sentir sus nervios, no se exactamente como pero lo sabía, mientras nos presentábamos, los nervios y la incomodidad aparecieron en ambos pero la señora al poco tiempo me hizo sentir bien, aceptada.