Lucy Steel

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-¡Lucy! Cuando seamos mayores me casaré contigo ¡es una promesa!

-Pff~, como digas.

-¿No me crees?

-Solo digo que somos muy pequeñas para eso.- La tomó de las mejillas con cuidado, dejando un beso en su frente mientras reía-. Mamá dijo que la gente grande se casa, así que debemos esperar.

-¿Entonces aceptas ser mi esposa?

-Me encantaría~.

-¡Perfecto! Cuando tengamos la edad suficiente nos casaremos ¡lo juro!

-Bien bien, ahora regresemos a casa que se está haciendo tarde. 

-Está bien, Lucy~.

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-Entonces te irás con él.

-Debo hacerlo.

-No debes, no es tu obligación.

-De alguna manera el me salvó, no puedo...

-Al menos... ¿puedo seguir a tu lado?

-No quiero que lo hagas, solo sufrirás. Eres inteligente, intrépida, sabes lo que quieres, ve por ello.

-Pero te quiero a ti, Lucy.

-Lo siento...

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-¿Te encuentras bien, Lucy?.- Steel se encontraba observando a la rubia, quien tenía la mirada perdida desde hace bastante rato-. Puedes confiar en mi para decir lo que sea.

-¿Lo que sea?

-Después de todo sigues siendo una chica que necesita hablar con los demás de sus problemas, no soy lo mismo que alguna amiga tuya pero creo que puedes desahogarte conmigo.

-Creo que... está bien.- Soltó un largo suspiro, mirando al mayor con una pequeña sonrisa. Steven Steel era el compañero perfecto, y a pesar del título de "esposo" llevaban una relación de amistad más que cualquier cosa-. Había una chica en el pueblo, era mi amiga... bueno, tal vez un poco más que eso, pero nunca nos lo dijimos.

-Entiendo...

-Le dije que me olvidara, ella podía ser capaz de todo, podía conseguir lo que quisiera sin problema, yo fui la que le dije que siguiera con su vida, pero soy yo misma quien no puede olvidarla.- Recogió sus piernas contra su pecho, mirando hacia nada en específico en la habitación-. Se supone que estoy casada, pero...

-Lo entiendo, Lucy.- El mayor palmeó su cabeza, sonriendo levemente-. Un amor así no se olvida, peor cuando terminó de esa manera. Escucha, sé que tenemos el título de esposos, pero no eres mía, yo busco tu felicidad, y el haberte dado mi apellido solo fue un mero papeleo para que no te hicieran daño. Que ahora seas Lucy Steel no significa que debes dejar tu vida atrás, no significa que debes reprimir tus sentimientos para ser una buena esposa, porque sigues siendo una señorita, y lo que más odiaría sería quitarte algo preciado como tu primer algo.

-Steven...

-Puedes ir por ella cuando quieras, yo te acompañaré si así lo deseas. Tu me ayudaste a salir del peor momento de mi vida, así que haré lo que sea para conservar tu felicidad.

JoJo things IIWhere stories live. Discover now