JoJo things II

Prosciutto

-¿Acaso no piensas en tus acciones?

-Prosciutto, solo fue un pequeño desliz, no pasó nada.

-¿Que no pasó nada? Casi te atraviesan el estómago, las heridas que tienes no son la menor cosa ¿realmente estabas concentrada?

-Solo dile que si para que se calle.

-Cállate Melone, esto no es contigo.

-Prosciutto, ya pedí disculpas, fue cosa mía, no debes seguir enojado.

-¿Cómo quieres que esté tan calmado si te lanzaste contra el enemigo así sin pensar?

-Te iban a atacar, no dejaría que eso pase.

-¡No debes preocuparte por mi!

- Aunque me digas eso igual lo haré, solo...cálmate.

-Eres una tonta.- Soltó un gruñido hacia ella, saliendo de la habitación mientras soltaba maldiciones a diestra y siniestra. Nunca lo veían perder la compostura así, pero desde que la fémina había llegado eso se veía un poco más seguido.

-Está preocupado por ti.

-No, solo lo irrito...

-No, en serio. Nunca había visto a Prosciutto tan preocupado, ni con Pesci. Realmente le importas.

-¿Tu crees? A-Auch, eso di me dolió.- Melone terminó de vendar el abdomen de la fémina, riendo ante su quejido-. Disfrutas de mi sufrimiento.

-Si, tal vez.- Se encogió de hombros, guardando todo lo que había usado en su botiquin-. ¿no hablarás con el? 

-¿Debería?

-Pasará refunfuñando todo el día, Prosciutto tiene una forma... peculiar, de demostrar su interes.

-Estás imaginando cosas, Mel.- Los dos se miraron por un momento, el pelimorado viéndola con una ceja alzada-. ¿Qué?

-Ah mi querida bella, a veces siento que eres muy inocente para ser una asesina~.

-Deja de molestarme.

-Bien, bien, no puedes salir a una misión enseguida, descansa, come sano, y ven todos los días para revisar esa herida ¿bien?

-Bien, gracias Melone.- Salió de ahí con una sonrisa, aunque por dentro seguía bastante confundida ¿Prosciutto interesada en ella? Debía estar bromeando, eran compañeros de equipo, solo eso, el rubio no tenía tiempo en su vida para algo tan tonto como el amor, o eso se había dicho a si misma para ignorar los sentimientos por aquel hombre.

Nunca olvidaría la reacción de Prosciutto cuando Risotto la presentó como una nueva integrante, todos los chicos la habían recibido con bromas o alguna sonrisa, menos el.

 Prosciutto siempre se mantuvo al margen, mirándola por encima del hombro sin conocerla, hasta que en una misión le demostró de lo que era capaz.

-¡Cuidado! Agh.- Usó su stand para atacar al enemigo, jalando al rubio de su chaqueta sin problema-. ¡Presta más atención a lo que pasa! Pudiste haber muerto, idiota.

-¿A quién le dices idiota, tonta?

-No tengo tiempo para esto, no estoy para tus tontos juegos de quien es más genial, si estoy aquí es por algo y no debo probarle nada a nadie.- La mirada afilada que acompañó aquellas palabras dejaron mudo al rubio, quien tragó saliva antes de responder, pero su réplica ni siquiera salió de sus labios pues la fémina ya se había adelantado para acabar con el enemigo.

A ojos de Prosciutto se vio demasiado genial, la manera en la que lo dejó callado hizo que de alguna forma la comenzara a respetar, y cómo terminó el trabajo de manera impecable hizo que pensara nuevamente en la forma en que la estaba tratando.