Capítulo 29

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—Decidí que Hyukjae va a mudarse a la habitación de invitados. Él fue operado hace poco y necesita cuidados todavía. Estará más cómodo allí. 

En el despacho de la residencia, Junjin y su esposa discutían una vez más.

—¿En la habitación de invitados? —cuestionó Hyesun torciendo los labios de disgusto—. ¿Por qué no me lo consultaste primero?

—¿Para qué? ¿Para que digas que no?

—Obviamente es una locura cederle una habitación lujosa al hijo de la criada. ¿Cómo se te ocurre darle semejante trato?  

—¡Salvó a Donghae! —protestó Junjin alterado.

—¿Y qué? —refutó ella desafiante—. Cubriste los gastos del tratamiento. Eso es más que suficiente.

—¡Eres tan avara e incomprensiva! 

—¡Y tú tan irrazonable! 

—¡No te soporto!

La puerta cerrada no silenciaba los gritos sucesivos. Donghae sintió sus ojos lagrimear al escucharlos desde el pasillo. 

Cuando el tono de los gritos se volvió más fuerte, Donghae salió corriendo hacia las escaleras. Subió rápido hacia las habitaciones hasta dar con ésa en particular. Se colgó del picaporte sin siquiera tocar y abrió. La imagen de Hyukjae recostado en la cama lo tranquilizó e hizo las lágrimas alejarse.  

Hyukjae estaba con los ojos cerrados, su cabeza sin ningún gorro se apoyaba sobre el regazo de su madre. Ella estaba acariciando suavemente por sobre las vendas de Hyukjae, pero se detuvo sorprendida ante la repentina intromisión. 

—¿Está durmiendo? —preguntó Donghae al acercarse. 

Ella asintió levemente, como si estuviera cautelosa. 

—Anoche le costó dormir y el viaje lo agotó —susurró en un tono bajo.

Donghae comprendió que no debía hacer ruido para no despertarlo. Estudió el rostro dormido de Hyukjae y el ceño levemente fruncido.

—¿Le duele? —preguntó curioso en voz baja mientras observaba el blanco vendaje.  

Ella pareció pensarlo.

—A veces sí y a veces no —respondió cabizbaja—. Todavía debe recuperarse. Su cabecita está delicada.  

Donghae asintió. Recordó a su papá diciendo que Hyukjae estaría más cómodo allí y pensó que él tenía razón. Era lo mejor. La cama de esta habitación era más grande y esponjosa que la cama estrecha que Hyukjae tenía en la habitación que compartía con su madre. ¿Pero por qué la mamá de Donghae se enojaba? Habían más habitaciones vacías y ella discutía de igual manera. Donghae no la entendía. Si él pudiera, le daría todas las comodidades a Hyukjae.  

Y al pensar en eso se sorprendió. Con sus ojos abiertos de par en par se preguntó de dónde vino ese pensamiento repentino.    

—No debe recibir ningún golpe —agregó la madre de Hyukjae con una mirada de advertencia—. Eso lo lastimaría terriblemente. 

Donghae se despabiló al escucharla, comprendiendo a la perfección a lo que se refería. Él había sido malo con Hyukjae y seguramente su madre sabía, pero la advertencia hoy en día estaba demás.

—Me voy a portar bien con Hyukjae —aseguró un poco tímido—. Porque él me salvó. Yo también lo voy a cuidar.

—¿Cuidar? —preguntó ella un tanto impresionada.

El hijo de la criada [FINALIZADO]Where stories live. Discover now