Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}

~19~

Los meses se me fueron más rápido de lo que pensé. Sin darme cuenta, la última prueba estaba a tan solo unas semanas.

Era extraño lo que sentia, porque sin duda estaba feliz, tenía grandes amigos, el mejor novio y una buena escuela, pero no sé... toda era muy lindo.

El cumpleaños de Draco se acercaba. Le dije a Hermione que quería hacerle algo especial, así estuve con ella casi todo el tiempo. Supongo que Draco no sospechaba nada, pero no le encantaba la idea de que pasara todo el tiempo con Hermione y no con él, más que nada porque él sabia que yo sabia lo que se acercaba.

Al fin era el día de su cumpleaños y yo no me podía contener de la emoción, pero tampoco quería que se enterará de mi "pequeña" sorpresa.

Me dormí con él la noche anterior porque lo habíamos estado rompiendo las reglas muchas veces.

Desperté, él seguía durmiendo. Le acaricié el cabello y le di un beso en la mejilla.

—Buenos días, Draco —susurré sonriendo.

—Buenos días, cariño —respondió con voz ronca. Fue abriendo lentamente sus ojos y me miró—  ¿Sabes qué día es hoy?

—Sí, es lunes por la mañana, así que levántate para ir a desayunar y luego a clases —respondí vagamente y salí de las sabanas.

Noté que su sonrisa desapareció y trató de ocultar su tristeza.

Odiaba verlo de esa manera, de verdad quería besarlo y abrazarlo y darle sus regalos, pero sabia que no podía.

Salimos de su habitación y pasamos por la sala común. Nadie lo felicitó, como estaba planeado.

El resto del día fue así, nadie lo miraba ni le decía nada. Le dije que me viera en la sala común a las ocho para hablar. Me vestí y me puse un vestido corto color rojo brillante.

Me sentía muy bonita, la verdad era que Draco me había ayudado con eso, diciéndome lo bien que me veía y que probara cosas nuevas. La verdad es mucho mejor de lo que pude haber pedido

Todos estábamos esperándolo en la sala común hasta que vimos cómo se abría la puerta para entrar.

—¡Feliz Cumpleaños Draco!

Saltó del susto, pero cambió a una gran sonrisa al ver todo, me miró y se acercó a mí.

—Me estabas volviendo loco, Hamilton —susurró en mi oreja mientras rodeaba mi cintura con sus brazos.

—¿En serio creíste que me iba a olvidar de tu cumpleaños?

—Me hiciste sufrir todo el día —suspiró en mi cuello y me besó la mejilla.

—Pero no sospechaste nada —respondí con una leve risa al sentir el cosquilleo en mi ser por el simple acto de su presencia.

—Eres inevitable, Hamilton —repuso entre una risa ronca y me jaló hacia su cuerpo, pegándome más a él.

—¡Beso, Beso, Beso! —todos empezaron a pedir al mismo tiempo.

Por un rato olvidé que todos seguían allí, solo que más apartados. Los dos miramos y nos reímos.

—Si es lo que el público quiere —me miró con una sonrisa ladina y unió nuestros labios.

Pronto se escuchó como todos aplaudieron e hicieron más ruido.

Detuvimos el momento, pero él seguía con una mano en mi cintura y tomó una copa que contenía vino blanco.

—Gracias a todos por venir, de verdad me hicieron sufrir, nadie me dijo nada —alzó la voz y miró a todos. Nos reímos y tomé una copa—. Y gracias... a mi hermosa novia por hacerme esta fabulosa fiesta —fijó sus ojos en mí—. Sin ti, no sería el Draco que soy ahora, te quiero —me dio un beso en la mejilla y todos alzamos nuestras copas y brindamos.