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—¡Neville! —grité en cuanto vi a Nagini persiguiendo Hermione y Ron mientras se veían a lo lejos bajar las escaleras.

Él, que apenas se recuperaba del hechizo que lo dejó inconsciente por un buen rato, se levantó y tomó la espada de Gryffindor.

Mientras todo esto pasaba, también vi como Harry y Voldemort caían en el patio.

Tenía que hacerlo, no me quedaba más tiempo.

Draco gritó mi nombre en cuanto me alejé de él. Tuve que ignorarlo y correr más rápido.

—Mierda —murmuré parea mí misma al esquivar un hechizo, pero maldecí de nuevo al ver quien era.

—Hola de nuevo, vieja amiga —dijo Emily con una sonrisa de oreja a oreja, pero con una mirada aterradora.

Estaba tan... cambiada.

—¿Qué pasó, linda? ¿No te alegra verme? —preguntó haciendo un falso puchero que terminó con una risa.

Yo apreté la mandíbula y apunté mi varita hacia donde estaba ella.

Emily alzó una ceja, pero desvió su mirada a mis espaldas. Yo voltee a ver rápidamente a donde ella miraba.

Carajo.

Draco y Tom se habían detenido al ver a Emily. Tom no entendía ni un carajo, pero Draco apretó su varita, apuntándole.

—Ni se les ocurra dar un paso más —masculló Emily y después me volvió a mirar.

Sentí una terrible presión en mi cuello que me impedía respirar bien, por lo que llevé mis manos a mi cuello. Luego dejé de sentir el suelo y me di cuenta que Emily me estaba elevando.

Draco y Tom se movieron ágilmente para ayudarme, pero Emily fue más rápida y los elevó haciendo que chocaran con el techo y luego dejándolos caer.

Solté unas lágrimas al ver caer sus cuerpos inconscientes en el suelo.

Y lo peor es que nadie más veía lo que estaba pasando.

—¡TE ADVERTÍ QUE CUANDO ME VIERAS DE NUEVO, TE ARREPENTIRIAS! —me gritó con gran odio en su mirada al verme y me dejó caer bruscamente al suelo.

Me quejé al sentir un dolor punzante en mi tobillo izquierdo, también tosí a recuperar el aliento, pero traté de ignorarlo y correr hasta donde estaban Draco y Tom.

—Tom, Draco —dije casi sin voz, desesperada y volviendo a llorar.

No, por favor no.

—Siempre tan ilusa —se burló Emily y pisó mi mano en cuanto me aproximaba a tomar mi varita que estaba en el suelo.

Con su otro pie dio un pisotón en mi varita, haciendo que esta se partiera por la mitad.

—¿Porqué? —pregunté al momento de lograr quitar mi mano—. ¡¿Por qué me odias tanto?! —exclamé al borde de las lágrimas.

Moví el cuerpo de Draco, sin saber si seguía vivo o no, y solo tomé sus mejillas.

—¡¿Porqué?! ¡¿Tienes el cinismo de preguntármelo?! —Emily se exaltó y me tomó de la mandíbula, con tanta fuerza que solté un quejido—. Siempre has sido TAN perfecta, con notas perfectas, belleza perfecta, padres perfectos, ¡hasta los novios perfectos! —y miró a Draco—. Pero ahora, todo tu mundo se ha desmoronado.

—Éramos amigas —dije con la voz quebrada.

Y de verdad no dejaba de pensar que ella se había convertido en una de mis mejores amistades. Jamás me tomé el tiempo de pensar en cómo nuestra amistad se había terminado cuando la encontré en la noche del Yull Ball con Noah, y también la última vez que la había visto.

Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora