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Lo leí más de tres veces, sin aún creerlo posible, el hecho de que ocurrió una fuga de mortífagos no me sorprendía, lo que en realidad me aterraba es que, en mi interior, una pequeña parte de mí... se alegró, hasta querer brincar de la emoción. Era de lo más extraño, mi corazón latía con gran fuerza, aunque no por lo que estaba escrito, sino por los sentimientos y emociones que sentí al leerlo.

Y ahí reviví el momento en el la Malfoy Manor... Escondida, en la oscuridad, escuchando detenidamente la quebrantable voz de Lord Voldemort quejarse y regañando a un hombre. Le reclamaba furioso por un error que ese hombre había cometido o por algo que no había logrado como Voldemort lo deseaba.

De pronto, todo encajó perfectamente, Voldemort se encontraba molesto en ese momento ya que no lo habían logrado antes, pero al ver esto, debe estar más feliz que nunca.

Una mujer en la fotografía tenía aspecto desgreñado y sucio, los parpados caídos y una arrogante y desdeñosa sonrisa en los delgados labios. Eso no era lo único, ya que venía la razón por la que estaba privada de su libertad en Azkaban: "Bellatrix Lestrange, condenada por torturar a Frank y Alice Longbottom hasta causarles una incapacidad permanente".

Interrumpí a los chicos ya que Vera y Cedric estaban hablando sobre lo del Profeta.

-Te veré después Vera -me levanté de la banca rápidamente y dirigí a la mesa de Slytherin.

Mucho antes de llegar me encontré con los ojos de Draco, así que él se levantó de su asiento. Inmediatamente yo me desvié a la salida y pasé por las puertas, caminé más alejada, en uno de los huecos que se creaban gracias a las ventanas, cuidándome de que nadie me viera.

Draco llegó tan solo unos segundos después, su colonia me indicó a metros que se acercaba, ya que cada vez que sentía los olores a menta fresca, bergamota y wiski sabía que era él, eso ya era parte de Draco...

El espacio era reducido así que su respiración golpeaba mis mejillas. Me asomé una vez más al pasillo, al haberme asegurado que no había nadie más, le mostré la portada...

-Hay algo que no te conté -confesé arrepentida, mirando a mis pies.

-Aquí está mi tía, Bellatrix -dijo mientras miraba a la foto de la mujer-. Vaya...

-Draco tengo que contarte sobre el día antes de Navidad -susurré, pero él seguía prestándole atención al periódico en sus manos.

-Mi madre debe de tenerla en su casa -hizo un resoplido y siguió hablando.

-¡Escúchame! -le pedí en voz alta ya molesta.

Draco apartó el papel y me miró con atención, tragó saliva tomó mi mano derecha.

-Lo siento, te escucho -al fin me miró a los ojos.

-Sobre lo que llegó hoy... sé que quien-tú-sabes lo tenía planeado desde hace mucho tiempo...

-¿Qué dices? ¿Cómo sabes eso?

-Lo sé porque lo escuché Draco, en tu propia casa... el día antes de Navidad...

-Eso no es posible -negó rápidamente.

-Déjame terminar -pedí desesperada e hice un resoplido-. Lo escuché con mis propios oídos Draco, Voldemort... -bajé aún más mi tono de voz-, estaba furioso ese día, ya que todavía no lo lograban... también oí al hombre suplicar, pero él... él... lo mató.

-Eso no pudo haber sucedido.

-¿Y tú como sabes? No estabas ahí ¡¿cierto?!

-¡Nadie más estaba en el piso de abajo! -exclamó en voz alta sin gritarme, pero ya se encontraba impaciente.

Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora