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Draco:

Estaba de camino al Gran Comedor, cuando siento un golpe en mi brazo derecho.

—¡Mira por dónde vas idiota! —me quejé, sin ver quien había sido.

—Le recomiendo señor Malfoy que cuide sus palabras, no querrá estar en la posición que la señorita Hamilton.

Snape me habló con el mismo tono frío e insensible que usa siempre. Pero pronto fruncí el ceño al verla.

¿Qué hizo?

—Vámonos señorita Hamilton —dijo Snape y avanzaron.

Ella ni siquiera me miró pero no podía dejar de preocuparme.

Me fui al Gran Comedor, al entrar, todos me miraron. Arrugué la nariz en gesto de desagrado y me senté entre Blaise y Goyle.

Los saludé y quise ignorar las miradas de toda la gente, pero no a todos les intimidada mi seriedad.

Estaba por comer, pero no me dieron ganas, solo tomé una manzana verde y me retiré.

Sé que ____ no me quiere ni ver, pero, debo saber, por qué Snape se la llevó. Por como dijo su comentario, ella estaba en problemas.

Fui a buscarla en la oficina de Snape, pero antes de llegar me detuve en una de las columnas al ver que estaba con André.

De pronto vi como él tomó un mechón de su suave cabello y lo colocó detrás de su oreja. Cerré los ojos por un instante tratando de controlarme.

Era yo quien despertaba por las mañanas y acomodaba su cabello, la hacía sonreír de la manera como lo acababa de hacer, las hacia reír como la manera que acaba de hacer, era yo.

Pero comprendí, que no podía dejar que esto me afectara más de lo normal, ella ya no estaba para mí.

Y yo lo había causado.

El día pasó muy lento, hice las tareas que nos dejaron, me recosté un rato en mi cuarto, pero el aburrimiento no me dejaba. Opté por salir a la sala común a leer un libro, aún quedaba rastro del sol pasar entre el agua, y luego en las ventanas.

Desperté en medio de la oscuridad.

—Mierda, me quedé dormido —dije en voz baja, a mí mismo.

Me levanté del sofá lentamente, al levantarme me mareé, así que me apoyé en la chimenea con una mano en la cabeza.

Joder, me está dando una migraña o ¿Qué mierda es?

Me quedé unos segundos recargado para recuperarme. Tomé aire para irme a mi habitación, al abrir la puerta de esta me di cuenta que estaba hecha un asco, había ropa por todos lados, mi cama destendida con libros encima. Recordé las palabras que me dijo mi padre, ese día, mi cuarto estaba un poco desordenado, nada que ver cómo está el mío, pero sin duda, no le agradó.

Recuerdo

—¡Deja de ser un idiota y recoge tus mierdas! —mi padre gritó furioso.

—Papá... —dije temeroso.

—¡Cállate! —me dio una bofetada—. ¡No te atrevas a llamarme de esa manera! —dijo entre dientes y apretaba la mandíbula—. ¡Eres una vergüenza, no me enorgullece llamarte mi hijo! —salió de mi habitación hecho una furia.

Vi como mi madre, que estaba en la puerta presenciando todo, se acercó a mí, me abrazó y me dio un beso en la mejilla.

—Perdónalo, él no quiso hacer ni decir eso —sus lágrimas cayeron con rapidez—. Hablaré con él pero hazle caso.

Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}Where stories live. Discover now