☽ Capítulo 8 ☾

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—¿Y Hazel?

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—¿Y Hazel?

—Vomitando —informa Kuro, alcanzando a los dos omegas que transitan por el corredor—. Dijo que lo esperemos en el vestíbulo.

—Pobre Haz... ¿crees que ya se le hizo una úlcera? —le pregunta alicaído Nate.

Nah, se le pasará en cuanto su estómago se depure.

El omega deja escapar un suspiro de alivio, sintónico con sus pasos ligeros y gráciles.

—¡Anímate! —continúa Kuro—. Nuestro cautiverio acabó, estamos a salvo y tenemos a Hazel. Todo ha salido bien después de todo, ¿o no?

Lya comienza a negar con la cabeza.

—Es demasiado bueno para ser verdad.

—Oh, vamos, no seas aguafiestas —gimotea Nate.

—No soy aguafiestas, es solo que... me parece extraño.

—Eres muy parecida a Hazel, ¿sabías? —señala Kuro.

—¿Eh? ¿En qué?

—Emm, bueno, siempre le buscas la quinta pata al gato, por ejemplo. Ah, también eres adorable, pero ambos tienen una lengua bastante filosa cuando se cabrean y son algo cabezotas.

Lya forma una "o" diminuta y ofendida con sus labios.

—¡¿Qué estás tratando de decir, humano?!

—¡Ves! ¡Hazel es igual! Es sumamente sensible a la crítica, pero suele ignorar las cosas positivas que resaltan sobre él.

El beta solo consigue embarrar la situación, armando una anodina trifulca de camino al vestíbulo, en la que queda en medio el pobre Nate. Iba a protestar en defensa de sus oídos justo cuando un repeluzno se le enreda entre los músculos.

Un tipo gigante con túnica pasa al lado de Kuro, caminando hacia la dirección de la que ellos vienen. El pequeño omega ojea por sobre su hombro la espalda ancha del encapuchado con una buena dosis de cobardía.

—Oh, Ouran tiene los ojos grises —manifiesta Kuro, echando un vistazo también.

El sujeto dobla hacia el pasillo de la izquierda, perdiéndose de vista.

—¿Era Ouran? No lo alcancé a ver, ¡pero me dio escalofríos!

—Debe haber sido él, yo también sentí escalofríos —alega Lyanna.

—Tal vez... ¿fue un muerto? —teoriza el beta.

—No digas esas cosas —susurra Nate, asustado a muerte—. Además giró hacia donde se encuentran nuestras habitaciones... y Haz sigue allí.

—Es probable que Moon lo haya enviado a buscar a Hazel, déjense de delirios.

Lya logra infundir la lógica... momentáneamente. Cuando los tres finalmente llegan al recibidor del castillo y ven allí a Moon y a Ouran esperándolos para llevarlos de regreso a la ciudad, sus rostros se rodean de signos de pregunta intangibles.

EXTINCTION【Libro I】|Disponible en físico|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora