☽ Capítulo 6 ☾

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—Jooooder, ¿es ahí?

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Jooooder, ¿es ahí?

—Tiene que ser ahí... luce como un lugar en donde habitaría un rey tirano y empalador de culos.

—Mierda, no tengo señal aquí para comprobarlo.

—Yo tampoco, perdí señal en cuanto entramos.

—Nathan, ¡estás pisándome!

—Oh, lo siento.

—¿Están seguros de que se trata de un lycan y no de Drácula?

La pregunta de Kuro requema a ambos omegas. Los tres asoman nuevamente la cabeza por sobre el follaje de los arbustos que les proveen de un perfecto escondite, lo suficientemente cerca del castillo como para apreciarlo a detalle, pero lejos de las miradas de los transeúntes de Arvandor... y de los peligrosos guardias que parecen Terminators.

—¿Qué tal si... ese Moon en verdad es una bestia cambiaformas? —plantea Nate, agregando un granito de pólvora a la dinamita de nervios que cada uno carga.

—Si es así... le clavamos una estaca en el corazón.

—Eso solo sirve en Drácula —sisea Lyanna ante la ocurrencia de Kuro. El humano le alza una ceja y sonríe satisfecho.

—¿Entonces sí crees en Drácula?

La omega bufa por lo bajo. Si contesta que no, estaría mintiendo. Contempla la babilónica infraestructura gótica, completamente negra, y no puede evitar pensar que allí dentro viven criaturas oscuras y horripilantes... y su adorable rollito de canela Hazel se encuentra dentro con ellas, un pequeño ángel cándido rodeado de monstruos peludos con fauces asesinas.

—Centrémonos en lo importante —dispone Lyanna, obviando su respuesta—. ¿Cómo llegaremos hasta allí?

—¿Y cómo entraremos? —añade Nate.

—Como hemos venido moviéndonos hasta ahora... ocultándonos detrás de los arbustos —resuelve el beta.

—Ahora estamos alejados, pero en cuanto nos aproximemos correremos el riesgo de que nos olfateen —expone Lyanna—. Aquí hay muchos alfas dominantes.

—¿A qué te refieres con dominantes?

La omega hace orbitar sus ojos, un gesto de fastidio al que Kuro ya se ha acostumbrado.

—Alfas de buen linaje —explica—. Sus feromonas son más fuertes y sus sentidos más afilados que los de una rata. Seremos presa fácil para ellos.

—¿Y qué tal si voy yo? Los humanos no liberamos esos olores raros, por lo que tendré menos probabilidades de ser descubierto.

—¡Pero es peligroso! —se opone Nate. Le mira con sus enormes ojos café impregnados de preocupación y sus mejillas sonrosadas por las horas de intensa caminata furtiva. Kuro piensa que es tierno como un cachorrito, pero no es momento de entretenerse con monadas.

EXTINCTION【Libro I】|Disponible en físico|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora