5.- Un tratado de paz

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– ¿Eh?, Esto es... –. Murmuró la pelirosa luego de extraer de su casillero un pequeño sobre.

Era color morado con un corazón al centro, de alguna manera el remitente había escogido su color preferido.

En cualquier caso, esto significaba que lo conocía, o en el peor de los casos... Que la persona en cuestión había investigado sobre ella.

Pensar en ello hizo que un escalofrío le recorriera la espalda, pero claramente estaba sobre imaginando las cosas.

–  ¿Ocurre algo Nino?–. Preguntó cierta pelirroja luego de notar que su hermana se había quedado helada frente a su casillero.
– ¿Sigues deprimida porque perdiste el oso de felpa que te regaló mamá?

– N-no... Además no metas a Pardo en esto–. Respondió guardando el sobre en su suéter.

Ambas se dirigieron a sus respectivos salones, Nino sin embargo dijo que debía ir al baño antes y se despidió de su hermana.

Caminó rápidamente hasta el baño, y luego de cerrar la puerta y tomar asiento en la taza del inodoro, se dispuso a abrir el sobre con gran nerviosismo.

Querida Nino, dadas las circunstancias se muy bien que leerás esto sola, así que presta atención, sé que no te agrado en lo absoluto, y que no hay mayor anhelo para ti que echarme a patadas de tu casa, e incluso de la vida de todas ustedes, sin embargo, eso no pasará, al menos no por ahora, dicho ésto, estoy dispuesto a hacer un trato contigo que te aseguro nos beneficiará a ambos, te espero en el techo de la escuela después de clases para discutirlo, la puerta estará abierta.

                                  Uesugi Futarou.

P.D: Para asegurarme de que vinieras rapté a tu pequeño amigo de felpa, te comento que lo dejaste vulnerable en la sala cuando huíste ayer, se que es sucio pero te aseguro que está a salvo... por ahora.

– Ese infeliz... –. Arrugó la carta furibunda.

*****

– Bien, vayamos al grano entonces, pero si no te importa sentemonos por ahí–. Sugirió señalando una pequeña banca que había convenientemente en el lugar.

Nino aceptó la propuesta, aunque se mantuvo lo más alejada de Futarou que la banca le permitió.

– Primero dame a Pardo y hablaremos...

– Te irás si lo hago, lo devolveré en cuanto terminemos–. Respondió mientras veía fijamente a la pelirosa.

– N-no me mires, ojos de pescado idiota–. Expresó algo incómoda.

– ¿"Pardo"?

– ¡¿Q-qué tiene de malo?!–. Replicó está vez bastante alterada.
– No es que me guste jugar con ese tipo de cosas o algo así, no soy Yotsuba, ese muñeco me lo regalaron hace mucho tiempo, además... –. Se detuvo al notar que se estaba excusando demasiado.

– Al menos conoces bien a tus hermanas... –. Comentó.
– Ese es uno de tus puntos más fuertes, supongo.

– No hables como si me conocieras, eso es repulsivo–. Contestó en tono asqueado.

– Antes de explicarte el trato que mencioné, hay una cosa que quisiera decir primero... –. Mencionó en un tono que captó la atención de la chica.
– Yo... lamento mucho lo que pasó ayer, nunca fue mi intención hacerte sentir así.

El silencio se hizo presente por varios segundos luego de esas últimas palabras de Futarou.

– ...Si de verdad lo sientes, entonces hazme un favor y alejate de mis hermanas.

Las 5 Fases De Mi PlanWhere stories live. Discover now