18.- Una vida pacífica

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– Hermanito… ¿Es realmente necesario lo que estás a punto de hacer?–. Inquirió la pequeña con una clara preocupación reflejada en su rostro.

– Si–. Respondió mientras sacaba una sudadera del armario.

– No voy a intentar detenerte, pero eres consciente de que incluso tú puedes fallar, ¿Verdad?

Luego de ponerse la prenda, Futarou volvió la mirada hacía su hermana menor y le revolvió suavemente el cabello.

– Si, lo sé.

Raiha se notó aún más deprimida luego de ésto.

– …Eso que le dijiste a la chica que te acosa… –. Mencionó con la mirada baja.
– Dijiste que todo lo haces para poder vivir de la manera más tranquila posible, pero… ni siquiera lo crees del todo posible, ¿No es cierto?

Futarou retiró entonces la mano de la cabeza de su hermana menor.

– Solo le dije lo que necesitaba
oír–. Suspiró.
– Aunque tienes razón, no podría conseguir una vida tan pacífica ni en un millón de años… al menos no hasta que encuentre una forma de deshacerme de tí–. Añadió en tono burlesco.

– …¿Qué pasa con ese tono?, ¿Estás buscando pelea?–. Levantó uno de sus puños hacía Futarou.

– Para nada, probablemente seas lo único con lo que no tengo ni idea de como lidiar–. Finalizó dedicándole una última mirada y yendo directo a la puerta del apartamento.
– Así que no te preocupes, volveré en unas horas.

*****

Clank clank clank

Cada uno de sus pasos hacían eco al movilizarse en aquel solitario pasillo.

Y francamente hablando, habría preferido hacer caso a las advertencias de Raiha y quedarse a descansar antes de su última sesión de estudios con esas cinco.

Al menos serán capaces de aprobar por su cuenta de ahora en adelante…

Finalmente, luego de caminar por un rato más, se plantó frente a aquella gran puerta de madera y la golpeó tres veces con los nudillos.

– Adelante–. Atendió alguien del otro lado a los pocos segundos.

Futarou ingresó al lugar entonces, pero al hacerlo, se encontró directamente con una mirada que denotaba la clara falta de aprecio hacía su persona.

– Ah, Uesugi, llegas temprano–. Dijo él regordete hombre detrás de un gran escritorio de madera.

Futarou asintió en silencio mientras tomaba una silla de los alrededores.

– Te pido disculpas por no ofrecerte nada para beber, pero la verdad es que prefiero resolver esto lo antes posible–. Agregó el individuo.
– ¿Para qué me llamaste el día de hoy?

– Quisiera discutir los términos de nuestro contrato… –. Respondió antes de sentarse justo de frente a él.
– Tal y como acordamos seguiré con  calificaciones de excelencia y participaré en los concursos escolares que me digan por lo menos hasta finales de año, sin embargo… quiero desistir de ello apenas se cumpla ese lapso de tiempo.

– …Creí que tú respetabas los contratos más que nadie, Uesugi-san–. Fulminó al chico con la mirada.

– No veo ningún problema en hacerlo, incluso así… no estaría incumpliendo con nada que hayamos específicado antes–. Descansó el mentón sobre su mano derecha.
– Usted tendrá su prestigio aún sin mi intervención directa, y tampoco pretendo seguir recibiendo beneficios económicos de su parte, ¿No le parece una propuesta tentadora?

Las 5 Fases De Mi PlanWhere stories live. Discover now