16.- De vuelta al trabajo

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– Volveré en un momento, hazme un favor, quédate aquí y trata de no hablar con nadie–. Ordenó su padre en tono severo.
– Solo das problemas cuando lo haces.

Terminada esa frase, se retiró por una de las grandes avenidas del lugar.

Futarou acató la orden sin problema, pues tampoco tenía nada mejor que hacer más que terminar el libro que dejó a medias desde que bajaron del tren.

Y así paso unos momentos en tranquilidad hasta que cierta necesidad fisiológica lo hizo moverse de su sitio.

Kioto era de los lugares en dónde nunca tenía mucho que hacer, e irónicamente, se había saltado un viaje escolar con destino a dónde terminó de todos modos.

En fin, una vez hechas sus necesidades, y cuando se disponía a regresar, chocó accidentalmente con una mujer de aspecto llamativo.

– Mis disculpas–. Dijo Futarou tratando de seguir su camino en son de paz, sin embargo, la mujer no tenía intención de irse sin más.

– ¡¿Me acabas de tocar el trasero?!

– ¿Disculpe…?–. Cuestionó el chico deteniendo su avance de la misma manera.

– ¡Policía, este mocoso acaba de violar mi intimidad!–. Gritó llamando la atención de dos oficiales que pasaban por ahí.

– ¿Qué ocurre?–. Preguntó el más jóven de ellos.

– Este pequeño pervertido no pudo resistir mis encantos y tocó mi trasero–. Pronunció histérica.

– Señorita, primero que nada cálmese, por favor… –. Tranquilizó el otro oficial antes de dirigirse hacía Futarou.
– Lo siento hijo, pero tendremos que hacerte unas preguntas–. Le dijo con una pequeña sonrisa.

Futarou volvió su mirada hacía él con cansancio.

– Como quiera.

>>>

– ¡¿Es qué acaso todos los policías son igual de incompetentes que ustedes?!–. Exclamó la mujer.

– Señorita por favor, solo estoy intentando ayudar–. Respondió el hombre tratando de controlar la situación.

– ¡Me calmare cuando todos los idiotas como usted sean destituidos de su puesto!

Y así, aprovechando que ya no era el asunto principal, Futarou se retiró silenciosamente.

Sin embargo, cuando estuvo lo bastante lejos, notó cierta presencia que le seguía el paso a un par de metros de él.

– Si vas a seguirme al menos házlo a una distancia en la que podamos charlar–. Comentó dirgiendole la palabra a la desconocida.

Al verse descubierta, la chica se escondió detrás de una columna con rapidez.

– Perdón… –. Respondió ella asomándose por detrás de su escondite.
– Solo te seguí porque parecía que también estabas perdido–. Agregó sin quitarle la vista de encima.

– No me mires así, si no te doy confianza, ¿Por qué me sigues entonces?–. Cuestionó mirándola por el rabillo del ojo.

– ...Lo lamento–. Contestó con la mirada baja.

Futarou suspiró cansadamente y se acercó a ella con cautela.

– No estoy perdido, pero si quieres puedo quedarme contigo–. Extendió su mano hacia ella.
– Al menos por un par de horas.

La chica lo miró dudosamente antes de por fin decidirse a aceptar el gesto.

– …S-si… te lo agradecería mucho.

Las 5 Fases De Mi PlanWhere stories live. Discover now