46.- Amor, cólera y resentimiento

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– ¡Ya... sueltanos de una maldita vez!–. Exclamó mientras era fuertemente sujetada por la muñeca junto a la menor de sus hermanas.
– ¡No tenemos nada de que hablar contigo!

Futarou no dijo nada, simplemente continúo arrastrando a las dos hermanas con un destino incierto para ellas... y para él mismo.

– ...Si te vas a portar así al menos podrías decirnos a dónde vamos–. Ichika y las otras dos quintillizas les seguían por detrás con una expresión muy poco amigable.
– ¿No crees?

Aún así, el pelinegro estaba tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera oyó estas últimas palabras de la Nakano mayor, y solo continuó caminando sin atender a sus llamados.

– ¡Dije que me sueltes!–. La pelirosa por fin hizo fuerza suficiente como para impedir que el chico siguiera avanzando.

Gracias a ésta acción, Futarou por fin pudo pensar de forma mucho más clara, así que luego de dar un pequeño vistazo por los alrededores, soltó a Nino e Itsuki.

– ...¿Cómo fue que entraron aquí?–. Les preguntó ésta vez en un tono más sereno.
– O más bien, ¿Quien las dejó entrar?

– ¿Y eso a ti qué te importa?–. Replicó Itsuki de mala gana.

El chico suspiró.

– Como encargado de seguridad me temo que no puedo tomar este tipo de asuntos tan a la ligera–. Contestó.
– Y si ustedes no me dicen entonces me veré en la obligación de indagar en el asunto yo mismo.

Las cinco hermanas intercambiaron miradas pensando en si debían decirle la verdad o no.

– Tranquilas, no tomaré represalias en contra de nadie–. Dijo en un intento de calmar su incertidumbre.
– Pero de verdad necesito saberlo.

Aún así, ellas se tomaron otro buen tiempo antes de responder a su pregunta.

– ...Maiko-san... ella nos invitó a cenar aquí–. Confesó Miku finalmente.
– Su padre... el señor Mishimura también nos dió permiso para quedarnos.

– ¿Hace cuánto se conocen?–. Continuó con su interrogatorio.

– Bueno...

Sin embargo, Nino se puso al frente de la tercera hermana impidiéndole seguir hablando.

– Sabemos que esta es una reunión privada, y lo sentimos, pero si tanto quieres los detalles entonces ve a hablar con el padre de Maiko-san... y deja de quitarnos el tiempo a nosotras.

Futarou no respondió.

¿Alguien me descubrió...?

...

No... incluso si lo hicieron no hay nada que pueda decir demasiado de mi relación con ellas.

Al notar que Futarou se había quedado completamente estático, Nino tomó la mano de Miku y Yotsuba y comenzó a caminar en dirección opuesta a él.

– Vamos, Maiko-san debe estar esperándonos en el restaurant.

Aún así, una de ellas permaneció al lado del chico mientras todas las demás se empezaban a alejar de él.

– ...No le daremos problemas a
nadie... –. La Nakano mayor le susurró de cerca antes de emprender la retirada junto al resto de sus hermanas.

¿Pero que hago entonces?

...

¿Las saco a la fuerza?

...

Olvídalo...

Las 5 Fases De Mi PlanWhere stories live. Discover now