37.- La mejor de las defensas

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Primer día del festival, justo después de la declaración de Futarou.

Perdón, creo que no escuché del todo bien–. Sugestionó Futarou seriamente.
– ¿Cómo que eso es todo?

– Ya te lo dije, no hay más–. Respondió un individuo del otro lado la línea.
– De hecho, apenas hay lo suficiente como para no considerarlo un fantasma dentro del sistema.

– ¿Revisaste el registro mercantil?

– Cada centímetro de él.

Hmmm... –. Refunfuñó Futarou.
– Volveré a llamarte–. Terminó la llamada y recargó ambos brazos en la ventana que tenía más cerca de él.

Quizá si reúno los recursos suficientes...

Comenzó a meditar una posible solución mientras veía todo desde las alturas.

...No.

Incluso si lo consigo a tiempo solo terminaré avivando las cosas más de lo necesario.

Continuó pensando sobre el tema, sin embargo, solo seguía topandose con más y más paredes inamovibles.

Maldición...

¿Cómo se supone que ataque, defienda y oculte todo en circunstancias como ésta?

No hay manera de que…

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Tu madre era una persona respetable Uesugi, mucho más de lo tú que llegarás a ser en tu vida...

*****

O tal vez si.

– ¡Fuu-kun!

El pelinegro reconoció esa voz de inmediato, por lo que decidió voltear en su dirección y comprobar el estado de la chica por sí mismo.

Sin embargo… no esperaba ver toda una muchedumbre siguiéndole el paso.

– A-ayúdame… –. Nino se escondió detrás de su espalda apenas llegó a su posición.

Al principio el chico no mostró demasiado interés en ayudarle debido a que tenía sus propios asuntos que atender, pero finalmente decidió compadecerse de ella tras meditarlo unos cuantos milisegundos.

– Ven por aquí–. Llevó a la pelirosa rápidamente hacía una de las bodegas cercanas.

– ¿Eh?, ¿A dónde se fué?–. Cuestionó uno de los tantos chicos que había entre la multitud.

– No lo sé, la perdimos de vista cuando dió la vuelta en las escaleras.

– Maldición… de verdad quería tomarme una foto con ella.

– Y yo… –. Secundó otro.

– Yo iba a pedirle que me pisoteara un poco…

¿Qué carajo ocurre con ese último?

Se preguntó Futarou mientras oía todo desde detrás de la puerta.

– Quizá haya ido hacía el patio, vayamos a ver.

– ¡Si!

Y unos cuantos segundos más tarde, todo el pasillo estuvo despejado.

– Ya está–. Dijo Futarou asomándose cuatelosamente.
– Aunque no tardarán mucho en volver a encontrarte.

Las 5 Fases De Mi PlanWhere stories live. Discover now