#19

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Apenas el muchacho de mechas castañas ingresó a su hogar, ni se molestó en limpiar sus zapatillas en la alfombra ubicada al costado de la puerta y arrojó el llavero a la mesa de entrada tan estrondosamente que su pareja sentada en el sillón tuvo que alzar la cabeza con rapidez.

—¡Ey! —exclamó el rubio con intenciones de calmarlo a medida que lo veía adentrarse en la cocina, con pasos ruidosos y apresurados —¿De dónde venís? ¿Qué te pasó?

—De lo de Jisung —respondió Minho la primera pregunta. No había parado de suspirar desde que había llegado —. Son muchas cosas, Chris. Primero me deja de contar sus cosas y se va de viaje con el tal Hyunjin, me alejo y no me busca, voy a su casa y me trata mal... yo no sé qué hacer. Siento que cada vez me necesita menos y no sé cómo lidiar con eso.

—Bueno, pará —lo detiene amablemente su novio levantando las manos —. Más lento. Vení, sentate. Contame todo desde el principio.

Haciéndole caso, Minho tomó asiento en la otra punta del sillón. Aquel día en específico se encontraba muy juguetón con los anillos plateados que decoraban sus dedos, moviéndolos de aquí para allá, procurando no perder ninguno. El más especial era el que yacía en su dedo anular. La primera vez que un anillo fue colocado en aquel lugar ocurrió hace un par de años, durante la cúspide de su más preciada y antigua amistad. Era la primera noche que Minho se quedaba a dormir en lo de Jisung y el menor guardaba un regalo debajo su almohada. Cada vez que el mayor recordaba lo tímido que el de mejillas regordetas solía ser en aquel entonces se sentía verdaderamente agradecido de haber encontrado la caja con el anillo por accidente. De haber sido de otra manera, Jisung jamás se lo hubiese dado.

Y ahora lo acariciaba con nostalgia, como siempre que extrañaba a su mejor amigo y habían transcurrido días o hasta semanas sin verlo. Con la única diferencia de que a Jisung lo había visto hacía tan solo unos minutos, pero se sintió incluso más distante que nunca.

Minho sacudió de su cabeza los pensamientos negativos y se preparó para hablar. Como siempre, Chris aguardaba atento. —Pasé por su casa para saludarlo, porque hacía días que no nos veíamos. Él me abrió la puerta pensando que era Hyunjin, así que se quedó medio confundido, sin saber qué hacer. Creo que si yo no le pedía de pasar a él no se le hubiera ocurrido preguntarme. Yo entro como siempre, ¿viste? Ya conozco su casa y siempre me manejé de la misma manera. Pero entonces pregunté si había estado con Hyunjin antes y me cortó el rostro. Y me dolió ¿sabés? Porque nunca me habla así —hizo una pausa en la que se debatió entre seguir hablando con seriedad o soltar una pequeña risa incrédula. La segunda le pareció mejor —. Dios, parezco su madre hablando. La cuestión es que hasta ahí estaba todo bien, porque me pidió disculpas y yo lo acepté, después de todo no era para tanto. Pero entonces comenzamos a hablar de lo que estuvimos haciendo mientras no hablábamos y él me contó de algo raro que hace con Hyunjin. Es como que mediante sueños intentan ver sus vidas pasadas. Y me dio mucha bronca, porque a Jisung lo vuelven loco sus pesadillas y que de repente él y su vecinito se lo tomen tan a la ligera...

—Amor, ¿todo esto es por Hyunjin? —cuestionó Christopher, estallando de una sola punzada su burbuja de concentración. La pregunta lo tomó tan desprevenido y sus cejas se apretaron tanto que el muchacho en frente suya se vio obligado a seguir hablando —Antes de que apareciera tu relación con Jisung era la mejor. Aún así, realmente no creo que esto sea su culpa. Jisung está grande ¿sabés? Es obvio que no va a tener las mismas actitudes o te va a tratar de la misma forma que lo hacía cuando tenía dieciséis.

—Lo sé, pero... —rebuscaba las palabras correctas para expresar el revoltijo de emociones que tomaba lugar en su pecho y en su cabeza —Tengo un mal presentimiento. Tal vez solo estoy paranoico y en realidad no es nada... ojalá sea eso.

moles 》hyunsung.Where stories live. Discover now