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Las cosas tampoco estaban yendo muy bien por el lado de Hyunjin.

Seungmin, quien había hecho un curso de fotografía y de vez en cuando ayudaba en algún artículo del periódico, se había ofrecido para investigar junto a su mejor amigo. Sin embargo, era un muchacho con muy poca paciencia. A la tercera mañana de ver que no conseguían resultados, decidió apagar la alarma del celular y seguir durmiendo.

Hyunjin exhaló agotadamente y el día apenas había comenzado. Llevaba una fina camisa a la cual se aferraba con un poco de frío mientras daba lentos pasos por la plaza, pensando por dónde empezar a investigar aquel sábado.

Se habían centrado más que nada en la historia de Zeus y los dioses griegos. A Hyunjin siempre le había fascinado la mitología griega, pero no había prestado real atención hasta ese momento. Sin embargo, de muy poco le sirvió, ya que seguían en el mismo lugar. No habían avanzado nada.

Sentía un malestar terrible. A este punto ya no sabía si era a causa del frío mañanero (porque si, estaban a mitad del verano, pero Hyunjin siempre tenía las defensas bajas), del abandonamiento de su mejor amigo o de las horas de sueño que le habían escaseado en los últimos días casi sin darse cuenta. La cabeza parecía a punto de estallarle incluso cuando en la plaza no había ningún sonido más que el viento arrastrando las hojas y las persianas de la panadería siendo levantadas. Quizá, después de todo, era el silencio y la tranquilidad lo que más lo desesperaba.

No supo qué buscaba allí, sentado contra uno de los árboles con la copa más grande del terreno en la mañana de un sábado. Tenía que aceptar que su fascinación por ciertas cosas fantasiosas como lo eran las almas gemelas y los dioses griegos había llegado muy lejos, o más bien, había llegado a un callejón sin salida. El darse cuenta de que ya no tenía nada más por hacer fue, quizá, el golpe de realidad más duro que había tenido en la semana.

Volvió a su casa arrastrando los pies. Se tomó una ducha intentando despabilarse e invitó a sus amigos a almorzar, después de todo, les debía una disculpa a ambos.

—Na, no pasa nada bro —golpeó suavemente Felix su hombro cuando el mayor de todos expresó sus pensamientos —. Sabía que andabas medio raro pero no sabía que el tema te preocupaba tanto. Si me decías te ayudaba.

Felix era un dulce. A diferencia de su novio, quien se rehusaba a dejar de apretar la mandíbula y descruzar sus brazos, el de mechas rojas le había quitado importancia al tema con un ademán y un largo y ruidoso sorbo de su cerveza. Si se le prestaba atención solo a Felix, el ambiente era agradable y, si forzabas la vista un poco, quizá hasta verías estrellas y tiernas figuras flotar a su alrededor. Pero por el otro lado, si te centrabas en Seungmin, el aire hasta se volvía asfixiante. Aún no entendía cómo dos personas tan diferentes habían logrado encajar tan bien entre sí.

—Yo te dije que era una boludez —ahí estaba, su reproche célebre. A Hyunjin incluso le sorprendía que su mejor amigo haya tardado tanto en decirlo —. Pero bueno, no vine para hacer de tu papá. No hace falta que pidas perdón, con que me dejes dormir en el sillón esta noche me alcanza.

Sinceramente, Hyunjin esperaba que Seungmin estuviese más enojado. Pero no le reclamó nada. La idea era que el ambiente se destensara y lo estaban llevando todos demasiado bien.

—¿Por qué necesitas quedarte conmigo? —se acordó de preguntar.

—Estoy sin luz y el electricista no trabaja hasta el lunes. Igual es sólo por hoy, Felix tiene a los tíos en su casa pero mañana ya se van.

—¡Hablando de eso! —interrumpió la explicación de su novio el pecoso —Tengo miedo de que mi primito entre a mi cuarto y me toque la computadora.

moles 》hyunsung.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang