10

836 75 6
                                    

Al día siguiente todo había resultado más raro que nunca. A pesar de haber sido tratado mal el día anterior por el idiota de su jefe, al fin y al cabo era su  trabajo y no podía hacer nada. Más al llegar, todo lo que había pasado era ser tratado de buena manera por aquel secretario de Lee Minho, Christopher Bang, quién al ingresar solo tomó su mano, guiándolo a una de las salas, dejando ante su vista una gran cantidad de comida a su lado. ¿Acaso había algo encerrado? ¿Lo quería matar? ¿Qué estaba pasando? Ante ese pensamiento el contrario sólo rió. Uno de sus poderes o dones especiales era ese, escuchar los pensamientos de los demás, como del jefe de la empresa, era una combinación de todos los poderes vampirezco que hubiese.

Chan: Hey, no tengas miedo —mencionó mientras se acercaba con una sonrisa, tomándolos de los hombros para sentarlo de golpe en el sofá— el hermano del jefe te mandó esto, no preguntes solo aprovecha. Ya veo que caen ante tus encantos muchos eh

Jeongin: ¿De qué hablas? —preguntó con un claro desentendimiento, y un pequeño sentimiento de incomodidad. Las palabras del contrario lo hacían pensar que lo trataban como una cosa, y no lo era.

Chan: Vamos, seamos sensatos. Desde el primer día llegaste, te quedaste por la paga, pero pusiste tus ojos en el jefe. Ahora llega su hermano y no se resiste a tus encantos. Eres un pedazo de carne Yang —sonrió sentándose a su lado, con un tono menos amable que hace unos segundos— vamos, ¿No te das cuenta?

El menor sólo escuchaba, no quería decir algo porque temía irse de boca y empeorar todo. Porque quería guardar todo ese sentimiento de rencor y ira que venía acumulando mientras apretaba sus puños sin ser vistos.

Chan: Claro, no respondes —ríe bajo— ¿Crees que no me he dado cuenta como ves a Minho? —susurra tomando una copa de vino en sus manos. No tendía a ser así, pero sino alejaba a aquel humano, tal vez terminaría por ser dominado por un destino al que no debía pertenecer— vamos Yang, piensa, no lograrás nada sintiendo algo por alguien como él. ¿No te das cuenta? Nunca se fijarían en ti de una manera-

Jeongin: ¿Acabaste?

Pero claro, escuchar jamás había sido una parte positiva de Yang Jeongin, y eso se veía en esos ojos negros y una sonrisa en sus labios.

Chan: Lo digo por tu bien

Jeongin: ¿Qué es el bien de una persona para usted? —se cruzó de brazos tomando al igual que el contrario, dándose cuenta que ese día no podía ser tan bueno como deseaba— dice que es para mi bien, pero, ¿Desde cuándo le pedí preocuparse por mí?

Rió bajo, limpiando aquella gota de vino que había caído en sus labios, para luego dejar aquella copa en la mesa.

Jeongin: Gracias —susurró— gracias por al menos intentar bajar mis ánimos

Suspiró.

Jeongin: Pero no creo que puedas lograrlo. Aún cuando quieran hacerlo, no me iré, si eso es lo que desean —se levantó del sofá para ponerse frente a éste, tomando una decisión que pensaba jamás tomar. Porque ya estaba cansado de ese trato— desde ahora haré mi mayor esfuerzo Bang, seré el mejor guardespaldas que hayas visto. Por otro lado, no te preocupes, no quiero tener nada que ver con tu jefe. Y si lo hago, no afectará mi trabajo. Ya verás.

Sonrió. El contrario solo suspiró, moviendo su copa de lado a lado, moviendo su cabeza de la misma manera, siguiendo el sentido de la copa, antes de sonreír y levantarse, estando frente a frente del menor. Ni sabía cómo éste tenía ese sentimiento de querer seguir cuando sabía muy bien que no podía contra la presencia del mayor. Pero ahora se daba cuenta que Yang Jeongin no era alguien común, y que por eso Lee Minho había puesto la mirada en éste.

"Cuídalo. Aléjalo de mí. No quiero que salga dañado cuando mi secreto se sepa."

Chan: Tan difícil —susurró pero solo sonrió aún más viendo al menor, viendo esa sonrisa que lograba iluminar el lugar— bien, si pasa algo, entonces ponte en contacto conmigo —pronunció estirando una llaves de su abrigo— es tu paga de esta semana, me mandaron a darte un nuevo apartamento. No lo mires como algo que no puedas aceptar. Es algo por tu seguridad. Esto no es juego, y desde hoy lo sabrás

Jeongin: Vivo bajo el peligro —sonrió el menor, luego de tomar aquellas llaves en sus manos— gracias secretario Bang. Ahora...

Chan: Oh, si, claro —dijo al ver toda la comida frente a sus ojos— supongo que puedes llevarte esto, ¿No?

Jeongin: Mh... No lo creo, ahora tengo que ir donde el jefe.. aunque no quisiera —susurró algo triste.

Al escucharlo, el mayor sólo rió bajo, elevando una de sus manos a sobar su cabeza de forma suave y lenta. Se parecía demasiado a alguien que había conocido hace mucho. Al pensarlo solo comenzó a bajar los párpados de sus ojos, a sentirse tan solitario. Había pasado mucho, pero cualquiera que lograba recordarle a esa persona, empezaba a traerle aquellos recuerdos del pasado. Pero no solo a él, sino también a aquella persona que ahora los observaba, quién sólo tuvo que pasar de largo al verse atrapado en tan solo algunos segundos. Ese era Lee Minho, quién ahora caminaba a su oficina con una pequeña opresión en su pecho. Tanto Chris cómo Minho sabían de alguien tan parecido a ese humano y también recordaban las consecuencias de haberlo salvado, y de haber creído el poder convivir con alguien como ellos. Pero no fue así, y tan solo en unos segundos, frente a sus ojos fueron quitados todos los años a su lado, tan solo en unos segundos las reglas fueron dichas ante sus oídos con la sangre derramada por un inocente.

X: ¿Minho?

Al escuchar esa voz, el mayor no evitó voltear. No necesitaba verlo ahora, justo en ese momento que los recuerdos llegaban como asteroides contra su pecho. Justo en ese momento no deseaba ver a su hermano y recordar que había sido el culpable de llevar la verdad ante los oídos de los que mataron a la primera persona que él había amado.

AMOR DE UNA NOCHE [MINJEONG] [+18] [FINALIZADO]Where stories live. Discover now