Especial de Halloween 2020 [Parte 2]

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Todas, hasta Aurea, tenían linternas

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Todas, hasta Aurea, tenían linternas. Le dieron la que Alicia llevó consigo cuando salieron del auto, pues cuando entraron a la casa a buscar pruebas de que estuvo allí encontraron su maleta abandonada. Fuera cierto o no lo que dijo esa mujer, no le quedaban dudas de que habían secuestrado a su amiga. Podía ser algún culto de esos, no significaba que fuera real. Sí, cierto que vieron un lobo blanco y a un tipo desnudo. Cierto que ese lugar le daba una mala sensación. Pero vamos, no podía ser cierto. Brujería, sacrificios humanos, hombres lobo, vampiros. Halloween era solo una fecha de celebración, no una noche de muerte. O al menos eso quería creer.

Al menos la parte en que el camino al bosque estaba bien definido fue cierta. Pero a cada paso que daban, la sensación se hacía peor. La luna no se dejaba ver, y las linternas no ayudaban lo suficiente. Otra vez se sentía observada, ese algo que las persiguió por el camino del bosque estaba presente en todos lados.

—Entonces... ¿De verdad eres una bruja? —Preguntó Sam de pronto. Tal vez hablar un poco ayudaría a relajarlos.

—Que no, yo nunca he hecho nada de eso —contestó Aurea—. Papá me contó que mi madre era descendiente de brujas de Salem, pero es todo lo que sé. Puede ser verdad o no, ni idea.

—Pues esa mujer del pueblo parecía muy segura —comentó Matt—. ¿De verdad no eres bruja? Sentiste algo cuando nos acercamos a la casa de huéspedes, me di cuenta.

—Sí... —Murmuró la chica, desconfiada—. Puedo sentir... Ehhh... Cosas. Energías. Siempre ha sido así, soy muy sensible. Por ejemplo, los cementerios me dan dolor de cabeza, no puedo entrar. Y no sé, cuando nos acercamos a esa casa supe que algo malo había pasado allí. Me asusté mucho.

—Sí, me di cuenta —le dijo ella.

Al principio lo tomó como una tontería típica de Aurea, pero luego se dio cuenta que su miedo era cosa seria, que para ella no era una broma. Todo eso la tenía muy nerviosa. Se negaba a creer en almas en pena y brujería, pero era un hecho que había algo extraño que no podían entender, y que se habían llevado a Alicia.

—Veo algo —anunció Matt de pronto—. Son las rocas, estamos cerca.

—Bien. Creo que hay que apagar las linternas para que no nos vean —advirtió Abish, y todos obedecieron de inmediato.

Sus ojos tardaron un poco más en acostumbrarse a esa oscuridad. Hacía frío, incluso más que antes. Y algo le dijo que ese frío no era normal. A pesar de ir caminando lento, por poco tropieza con una rama caída de un árbol. Se agachó a recogerla, pues le pareció lo suficiente grande y gruesa para usarla como defensa si se daba el caso. Siendo sincera, tenía miedo de lo que iba a pasar. Solo Matt tenía pistola, ellas solo podrían usar piedras y esa rama si las atacaban. Si es que era cierto que había una bruja en el bosque entonces estaban en graves problemas. Y a pesar del temor que sentía por enfrentarse a lo desconocido, decidió mantener la calma y estar alerta. Si en verdad pretendía ir a la guerra no podía ser una cobarde.

Memorias de Xanardul: Las escogidas [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora