38.- Vínculos

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Una vez Samantha apretó la alerta los refuerzos no tardaron en llegar

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Una vez Samantha apretó la alerta los refuerzos no tardaron en llegar. No hubo tiempo para explicaciones, solo tenían que acabar con la amenaza y luego se las arreglarían. Para su suerte quiénes llegaron primero fueron Nigel y algunos chicos de su equipo. Se hicieron cargo de los vampiros con algunas molestias, pues estos no murieron con la facilidad a la que estaban acostumbrados. Fue necesario más que un lanzallamas o balas reforzadas para derrotarlos. Abish les advirtió que había que destruir sus corazones, y ahí apuntaron. Murieron al fin, y cuando llegó la calma solo quedaron interrogantes.

¿Qué pasó con esos vampiros Clase D? ¿Por qué no pudieron matarlos como a los otros? ¿Qué los hizo tan resistentes? Tenían que investigarlo con rapidez, pero considerando las extrañas marcas en sus pechos era obvio que eso tenía relación con magia, varios cazadores habían visto las fotos de Albion y resaltaron las similitudes. El rumor se corrió pronto por la Academia, fue inevitable. Una vez más las brujas eran responsables de algo que no podían controlar, y la molestia se hizo grande.

Apenas durmió esa noche, y despertó muy temprano para presentarse junto a Zack ante su padre. O ante su tío en realidad. Apenas se habían visto esos días y ella ya no sabía cómo mirarlo. No podía sentir rencor por él, Rick hizo de todo para salvarla y protegerla, que le haya mentido no importaba porque su amor era real. Y aún así sentía algo raro en el pecho, no sabía cómo definirlo. Lo amaba, nada iba a cambiar eso. Pero no era su padre real. El suyo murió, probablemente asesinado. Tal vez protegiéndola. O protegiendo a mamá. Jamás lo sabría, y la duda de saber cómo sería su vida si hubiera conocido a Adel Grimm permanecería por siempre clavada en su corazón. Así, hundiéndose poco a poco. Una espina dolorosa que nunca dejaría de fastidiar.

Al llegar a la oficina de papá no se fueron con rodeos. Ella y Zack empezaron a contarle con lujo de detalles lo que pasó mientras intentaban analizar los cuerpos. Sam se había encargado de revelar las fotos que tomaron antes de empezar a revisar el cuerpo del vampiro que las atacó, y el líder de los cazadores las miraba detenidamente. Seguro que él lo sabía ya, quizá estaba seguro de eso y no se atrevía a decirlo delante de ellos. Eso era nigromancia y no podían negarlo más.

—Informaré a las brujas, ellas deben saber del origen de esta magia. Quizá se trate de algún tiempo de animación —comentó su padre pensativo—. Pero lo haremos con discreción, esto puede alarmar a la población. Pasó dentro de la Academia, no queremos que se sepa de momento. Hay que actuar antes que todo se precipite.

—¿Me permites sugerir a una especialista? —preguntó ella en tono casual. Su padre levantó la mirada de las fotos para observarla con cierta sorpresa. Hasta Zack a su lado parecía intrigado.

—Si, claro. ¿A quién tienes en mente?

—Margaret Daye —dijo sin dudarlo muy a su pesar. Su padre asintió de inmediato.

—Es la mejor opción. Me contactaré con ella y vendrá aquí de inmediato. La haré pasar directo al laboratorio, ustedes hablarán con ella y le mostrarán las fotos, ¿están de acuerdo?— Ella asintió, Zack lo dudó unos segundos pero finalmente imitó su gesto—. Bien, lo manejaremos así entonces. Que Margaret se sincere con ustedes, ella ya se encargará de informar a quiénes puedan hacerse cargo. Discreción, ya saben. —Volvieron a asentir, y sin agregar nada más se retiraron.

Memorias de Xanardul: Las escogidas [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora