La escuela, parte 2

2.5K 240 42
                                    

Durante esa semana, los hermanos acompañaron a su padre a comprar las cosas necesarias para empezar la escuela.

Había pasado muy rápido los días, que los hermanos no lo podían creer. La noche antes del primer día de escuela, Mexico estaba verdaderamente nervioso:

-Wey, wey...-Llamó en voz baja a Río de la Plata.

-¿Que queres Mexico?, estoy durmiendo...-Dijo el Rioplatense, irritado.

-No chinges con tus pendejadas..., no me importa si estás durmiendo..., wey, ¿es verdad que mañana empieza nuestro primer día de escuela?-Preguntó el mexicano.

-Si mex, es mañana, ¿ya puedo volver a dormir?

-Si carnal, gracias por la información, duerme bonito...-Se despidió Mexico de su hermano.

A la mañana siguiente, España, todo positivo, levantó a sus pequeños para que vayan a desayunar.

Ya todos despiertos, se dirigieron a la mesa, algunos emocionados y otros disgustados:

-Mis niños, ¡hoy es el gran día!-Dijo España con una gran sonrisa, mirando a sus hijos.

-Si Papi, ¡hoy vamos a la escuela!-Dijo el cubano, emocionado.

-¿Estáis todos contentos?-Preguntó España.

-Jefe, ¿me ve contento?-Preguntó Mexico, con mala cara.

-Vamos Mex, va a ser un día de pelos, te lo aseguro-Le dijo el español a Mexico.

-Eso espero jefe..., eso espero...-Dijo Mexico.

Ya era la hora de llevarlos a todos a la escuela para que no llegaran tarde, pero Rio de la Plata se encaprichó, pues no tenía ganas de ir:

-Papá, ya te lo dije, no voy a ir-Dijo el rioplatense.

-¿Pero porque?-Preguntó España, un poco confundido.

-¡Porque yo no quiero!

-Vamos Rio de la Plata, no podemos tardar, se nos hace tarde...-Dijo España, con mucha paciencia.

-¡QUE NO VOY A IR!-Gritó Río de la Plata.

-Hijo, vamos a llegar tarde, no jodais con tus pendejadas, venga coño, vamos...-Ordenó España.

-¡QUE NO!

-QUE SI GILIPOLLAS, vais a ir a la escuela te guste o no jovencito, vamos, vayan caminado, tú irás conmigo en brazos, ¡porque si te dejo suelto, de seguro te me escapáis!-Dijo el español, ya demasiado enojado.

Españita, un padre ejemplar Where stories live. Discover now