Primeras palabras de los críos

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-Tengo una pregunta...

-Si Costa Rica, ¿qué pasó?-Dijo España.

-¿Cual fue nuestra primera palabra?, pura curiosidad..., jeje-Reía Costa Rica.

-Oh, ese día, ¡todos estuvieron súper activos!

-¿Really? ("¿Enserio?")-Preguntó Nueva Zelanda con una pequeña sonrisa.

-Si chaval, estaban con ganas de jugar, así que aproveché el momento para enseñarles un par de palabras...

(COMIENZO DEL RECUERDO)

Un día, Río de la Plata se había despertado con pequeños sollozos, por ende, también despertó a sus hermanos.

Por suerte, España ya estaba despierto para atender a sus bebés. Preparó los biberones y se los dió a cada uno, a excepción de Chile, ella todavía no podía agarrar el biberón sola, algo que irritó un poco al español:

-Hija, por Dios, ¿cómo no podeis agarrar un biberón tu sola?, ¿pues acaso quiereis que te lo de siempre?, mira a tus hermanos, ya lo pueden hacer solos..., hostia tío, me haces enojar a veces...

La pequeña chilena miraba curiosamente a su papá enojado, solo le dedicó una gran sonrisa mientras seguía tomando su biberón y, luego de los dichos de España, Chile sostuvo con su pequeña cola el brazo de su progenitor. Esto derritió de amor al tricolor español:

-Awww, pequeña, ¡no puedo enojarme contigo Chile!-Dijo el español con una gran sonrisa.

Una vez que todos los bebés terminaron de desayunar, quisieron jugar, estaban muy activos ese día y se notaba muchísimo, así que España los puso a todos en una gran manta para que jugaran entre ellos.

Pero algo estaba pasando, los bebés no querían jugar entre ellos, estaban mirando muchísimo a su padre con cara curiosa y muy alegre:

-Oh, mis niños, ¿que os pasa?, ¿acaso estáis viendo algo raro?, jeje...-Reía España mientras miraba tiernamente a sus pequeños.

Los hermanos seguían mirando a su padre, como si algo les estuviera llamando la atención. Mexico empezó a balbucear, parecía que le estaba hablando a Cuba, el cual este también le balbuceaba.

La situación era muy rara para el español, pero, al ver que sus bebés balbuceaban, sintió que ya era hora de enseñarles su primera palabra. Aprovechó la ocasión, ya que todos sus hijos estaban juntos y muy concentrados:

-Con que estáis muy concentrados..., bien pequeños, escúchenme...

Cuando España dijo "escúchenme", todos los bebés le empezaron a prestar más atención:

-¡Que educados sois coño!. Repitan conmigo, PAPÁ...-Dijo España haciendo énfasis en la última palabra.

El español estuvo repitiendo por un largo rato la palabra, hasta que Mexico, el primero en balbucear, la pudo repetir:

-Pa..., pá-Dijo Mexico con una gran sonrisa.

-Awww, estoy que flipo chaval, muy bien Mex...-Dijo España demasiado feliz, un poco sollozando.

Cuba siguió los pasos de su hermano, volvió a balbucear y quiso decir la palabra "Papá". La dijo bien, pero con muchísima dificultad:

-Gpa, bá...-Dijo Cuba, muy pensativo.

-Awww, ¿tú también Cuba?, ya me llenáis de orgullo, ¡dos de mis críos dijeron "papá"!, ¡falta un poco más de práctica Cuba, pero lo dijiste bien mi amor!-Felicitó el español al cubano.

España quedó mirando a los demás bebés, los cuales no balbucearon absolutamente nada, tenían cara confundida, pero decidió darles más tiempo.

Luego del emocionante acontecimiento, Chile, mientras sus hermanos jugaban, quiso estar en brazos de su padre, así que España la alzó, se recostó en su sofá mientras observaba a sus otros bebés, que jugaban en la manta.

La bebé con cola de serpiente acariciaba tiernamente la cara de su padre y, con una gran sonrisa, lo observaba:

-Oye pequeña, ereis muy unida a mi, ¿porque no vais a jugar con tus hermanos?-Le propuso España a su hija.

La bebé empezó a sollozar de la nada, algo le estaba doliendo. En ese momento, dejó a sus hijos solos en el comedor y atendió a Chile.

Por suerte, la pequeña no tenia nada grave, solo seguía sollozando, hasta que España recordó que, posiblemente, pueda ser cólicos. Decidió calmarla con meceos y cosas tiernas, cómo lo hacía con Rio de la Plata:

-*Alza a Chile*, ya mi pequeña, no llores, shh shh shh, ¿te duele mucho mi bebita hermosa?, shhh shh shh...-Calmaba el español a la chilena.

España llevó a su hija al mismo sofá para que se puedan recostar los dos juntos, a la bebé le dolían mucho esos cólicos, pero de a poco se iba calmando.

En ese momento, mientras la pequeña Chile sollozaba, empezó a balbucear, hasta que le salió la palabra que tanto quería escuchar España:

-Pa...pá-Sollozaba la bebé mientras seguía en brazos de su padre.

Al escuchar eso, el español sonrió de la emoción y abrazó con todas sus fuerzas a la cría:

-Awww, Chile, mi niña, ya dijiste tu primera palabra, me produces mucho orgullo chiquita mía..., shh shh shh...

Los demás hermanos miraban a España y a su hermana, no entendían lo que estaba pasando, pero eran demasiado tiernos mientras observaban.

En un momento, la mayoría de los bebés empezaron a bostezar y ya Chile se había dormido y calmado, así que el español no dudó dos veces, llevó a sus bebés a las cunas y los hizo dormir.

España, luego de hacer dormir a sus críos, los observó por un largo rato, con orgullo:

-Ya estáis creciendo pequeños, mañana seguiremos practicando para que puedan hablar, duerman bien críos..., papá los ama...-Se despidió España.

Españita, un padre ejemplar Where stories live. Discover now