-¿Cómo te sentirías si te obligaran a casarte, Chase?-Pregunté.

-Yo...-Le interrumpí. Oh, si. Era hija de mi bella madre.-Sientes esas ganas de llevar la contraria. Así me siento en estos momentos. Me siento impotente, Chase.

-Pero...-Le volví a interrumpir. Vaya, realmente era buena.-¿Sabes? Tal vez me daría la oportunidad... Pero tengo novio, Chase... Y lo amo.

-¿Y el te ama a ti?-Preguntó dubitativo.

-¡Claro! Michael es un buen hombre. Y yo sé que él me ayudará en cuanto le cuente lo que está sucediendo.

-¿Aún no le has contado?-Preguntó.

-No sé cómo hacerlo, Chase. Su madre no le caigo bien, por eso no puedo ir a su casa. Y en mi casa... Ni hablar, no quiero ver a esos traidores que dicen ser mis padres.-Suspiré frustrada.

-¿Y por qué no te ves con él donde tu amiga?-Preguntó. Vaya, qué buena idea me había dado Chase.

-¿Sabes, qué? No es mala idea. Pero ellos se llevan tan mal, que no sé si a Arielle le moleste que me encuentre con Michael en su apartamento.-Le expliqué.

-Pero si se trata de un asunto delicado como éste. ¿No crees que si es tu amiga, lo entenderá?-Preguntó.

Chase era un buen amigo, marica. Dios, como quería a ese chico. Aunque el no pudiera ayudarme, hacía todo lo posible para que otros lo hicieran.

-Pues, sí. Voy a llamar a Michael.-Iba a sacar el teléfono de mi bolsillo, pero Chase me detuvo.

-No. Así no funciona, Meg. ¿Por qué primero no hablas con Arielle y le comentas que quieres hablar con Michael? ¿No crees que así es mejor? Digo, tu amiga es un poquito amargada.-Se encogió de hombros.

-De acuerdo.

Llamé a Arielle como cuatro veces y no me contestó. ¿Dónde carajos está metida cuando más la necesito, hombre?

-No contesta, Chase.- Le dije derrotada.

-¿Y si vamos a su apartamento?-Preguntó Chase dándome esperanzas.

-¿Y si no está? No quiero hacerte esperar conmigo.

-¿No hay otra manera? Vamos, Meg, no seas tan pesimista. Si tienes esperanzas, tal vez te puedas ir a Disneyland.-Me dijo con los ojos brillando de esperanza, pero a la vez de una tristeza.

¿Chase estaba triste por mi? ¿Sentía lo que estaba pasándome?

-Aunque yo tengo una llave de su departamento. Pero es que nunca recuerdo dónde la dejo.- Dije frustrada.

-Entonces nos tocará esperar un rato más a ver si ella coge el teléfono.

Un momento... Comencé a tocar mis bolsillos... ¡Bingo!

-¡Chase! ¡Aquí está la llave!-Le mostré la llave con cierta alegría. Jamás había estado tan feliz por haber encontrado la llave de Arielle. Y jamás iba a estar agradecida conmigo por meter la llave siempre en mis bolsillos, para luego no acordarme.

-Entonces, ¿qué esperas? ¡Vamos!- Dijo abrazándome. Le devolví el abrazo.

Bueno, aún me quedaba Michael como esperanza. Tal vez yéndome con él sería la única manera de no casarme con el grosero.

¿Las pesadillas tenían final feliz? Oh, yo espero que la mía sí.

-Llegamos.-Dijo Chase deteniendo el auto justo en frente del edificio donde vivía Arielle.

El edificio no era tan alto, pero era muy lindo. Era blanco y tenía esos vidrios, que con la luz del sol, hacía que se vieran azules.

-Muchas gracias, Chase. No sé que habría hecho sin ti.-Solté agradecida.

GROSERO ©Where stories live. Discover now