GROSERO ©

Capítulo 20

ATENCIÓN!
Como el capítulo anterior tuvo los 50 votos(PERO NO LOS 20 COMENTARIOS) aquí está la Suici responsable subiendoles el siguiente.
ANTES DE QUE LEAN:
NO ME HAGO CARGO DE CUALQUIER CONTENIDO QUE TENGA ESTE CAPÍTULO, ASÍ SEA QUE ME TRAIGAN A OBAMA, A LA NASA COMPLETA, A JUSTIN BIEBER(Tendría que pensarlo) NO ME RESPONSABILIZO.

Capítulo para mayores de la edad que ustedes tienen. NO intenten hacer esto en casa a menos que tengan novios o estén casadas, lol.

***

-Soñar no cuesta nada.-Me retó.

-Lo que cuesta es hacerlo realidad.-Enarqué una ceja.

Se acercó a mi oído y me susurró:

-Si es por dinero, creo que tengo más de lo que hablas por día.

-Si es por estupidez, creo que tu haz superado esa etapa-le dije apartándome de él.

-¿Te crees con suficiente confianza para hablarme así?

-No se trata de confianza-aclaré-. Se trata de decir la verdad.

-Mucho cuidado de cómo dices la "verdad"-hizo comillas con sus dedos.

-Amenazas y más amenazas. Listo.-le miré fijamente-. ¿Dónde está la acción?

-Muy valiente la joven.

-Pues, en estos momentos es lo único que me queda.

Era verdad, no tenía a nadie más, excepto a la valentía y a Chase. La ironía de esto, era que la valentía algunas veces se me acobardaba; se escondía y no la volvía a ver hasta después de un buen tiempo. Típico.

-Y si te digo que, hoy es nuestra noche de bodas, ¿a dónde se va esa valentía?

Palidecí.

Carajo, eso fue golpe bajo. ¡No se vale! ¡Árbitro, eso es falta! ¡Póngale roja!

-Tú no me harías nada que yo no quisiera, ¿no?-Eso salió más como una pregunta que como una afirmación.

-Pruébame, Adams, pruébame.

-Eres un...-Aunque, pensándolo bien, me probarás.

Comenzó a sonreír con la maldad en sus ojos. Ay, bendita madre de la virginidad y su bisabuela, voy estar frita.

-¿Por qué tienes que ser tan maleducado?-Pregunté cambiando el tema.

-¿Por qué siempre haces preguntas estúpidas?

-¿Por qué eres estúpido?

-¿Por qué no te callas?

-¿Por qué eres tan infantil?

-¿Por qué eres tan fea?

-¿Por qué no te dan?

-¿Por qué no me das tú?-guiñó su sexy y estúpido ojo.

-Porque eres un imbécil.

-¡Já! Perdiste-Señaló.

-¡Cállate!-le exigí.

-Cállame.-Sonrió perversamente.

***
Después de haber discutido por miles de hora quién callaba a quién, nos cansamos tanto que nos terminamos los dos haciendo silencio.

Para mi desgraciada suerte, me tocó bailar un par de canciones con el grosero, y una con su padre; lo cual fue demasiado incómodo.

Todos los invitados se habían ido después de que ya no repartieran más comida y trago. Partidas de interesados, espero que me hayan dado buenos regalos porque ni los vuelvo a invitar.