Capítulo 2

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-Hija, ¿a dónde vas?-Mi madre comenzó a hacer preguntas cuando me vio arreglada. Lista para ver a mi amado novio.

-Voy a ver a Michael.-respondí distraída mientras me miraba en el espejo.

¿Vendrás temprano? - su voz sonaba algo resignada. Mis padres nunca le había gustado la relación que tenía con Michael, pero siempre trataron de sobrellevarla, así como mi amistad con Arielle.

- Supongo.- acomodé un poco mi ropa, llevaba unos jeans, una sudadera y unos tenis, algo casual.

- No te demores, por favor.- me veía con ojos suplicantes que tuve que abrazarla para tranquilizarla.

- No te preocupes- Salí de mi habitación y me dirigí a la puerta.

Digamos que mi familia era una mezcla de problemas y amor, algo normal. Mi mamá no trabajaba, se dedicó a cuidar de mi, mi padre si, trabajaba en la bolsa, compraba y vendía acciones. Algo extraño para mi, espero nunca estar en ese ambiente, lo digo porque soy hija única.

-Hola, bebé.- Michael besaba mis labios mientras yo le correspondía.

- Hola, Mi- dije abrazándole.

- ¿Vamos?- preguntó con esa sonrisa hipnotizadora que tenía.

- Vamos. - le devolví la sonrisa.

- ¿Qué te dijeron tus padres? - preguntó mientras íbamos caminando.

-Que no llegara tan tarde.- dije. Michael torció los labios como sí mi respuesta no fuera la mejor.

- Mi, ¿has hablado con Arielle? - Cambié el tema porque sabía que íbamos a terminar discutiendo, no quería eso.

- No, para nada. ¿Por qué? ¿No se supone que es tu amiga? - Preguntó un poco distante, era obvio que se había molestado. Michael siempre se molesta por cualquier cosa, siempre trato de no enojarle porque sé que la mayoría es por mi culpa.

- Si, pero tuvimos una pequeña discusión está tarde.- Sólo pude escuchar un "Hmmm" de Michael, estoy segura que no le importa nada de porqué nosotras nos peleamos. Michael no suele meterse en nuestros problemas, dice que por algo él es hombre.

Entramos al restaurante, algo demasiado formal para mi gusto, pero Michael siempre le gustaba ir a lugares como éste.

-Buenas noches.- Una joven al menos de unos veinte años nos atendió con una sonrisa forzada.

-Mesa para dos, por favor.- Michael formalmente le dice a la joven.

-Claro, sigan por acá.- Continuó su camino hasta llegar a una mesa que estaba en el centro del restaurante. Como era un día normal, el restaurante estaba vacío. Nada más había una pareja de ancianos en una esquina, un empresario, algo amargado, en su computadora y una familia donde la madre estaba intentando dar la comida a su hijo que se hacía el de rogar.

Nos sentamos en la mesa, la joven nos dio la carta para pedir. Tenía demasiada hambre ya que por la pequeña discusión que tuve con mi madre, no pude terminar.

Sólo pedí una ensalada. Sí, lo sé, pero no quería que Michael pensara que yo era una hambrienta y cerda.

Nos trajeron la cena y comenzamos hablar. Michael hablaba de como le había ido a la universidad y que la próxima semana tenía un parcial de física. Michael estudiaba ingeniería y estaba orgulloso de su carrera. Bueno, yo ya había terminado la escuela, pero le dije a mis padres que tomaría un año sabático para después ir a la universidad. Mi padre quiere que continúe su trabajo, ya saben, la bolsa y esas cosas, le dije que lo pensaría.

- Mi, iré al baño. No demoro.- Necesitaba lavar mis manos y creo que mi vejiga iba a reventar porque tomé demasiado jugo para mi gusto.

- De acuerdo.- me dio un beso y me sonrió. Michael era hermoso cuando se lo proponía.

Llego al baño, me retoco y hago mi necesidad. Desde hace rato sentía mi teléfono sonar, pero lo había ignorado hasta ahora. Salí, mi teléfono comenzó a sonar y tuve que revisar, era un mensaje de Arielle. De pronto siento que choco con algo, parecido a un poste duro, pero de carne y hueso.

- Fíjate por donde caminas, estúpida.- Un chico de por lo menos uno ochenta de estatura, cabello castaño, ojos un poco oscuro y creo que algo acuerpado, o demasiado, quién sabe. No podía descifrar si lo era o no ya que llevaba un traje de empresario. Claro, era el que estaba sentado en su computadora cuando había llegado. Ese mismo, me estaba gritando, menos mal y no había mucha gente en el lugar, pero sabía que Michael y yo discutiríamos porque le hice pasar vergüenza.

-¿Qué no piensas decir nada?- seguía gritándome como loco desquiciado. Podría decir que se veía hermoso todo rojo y enojado.

-¿Qué se supone que tengo que decir?- pregunté ajena a lo que me decía.

-¡Mira lo que hiciste, estúpida!- agitaba sus manos mostrando que su traje perfecto había sido manchado con algo de jugo, deduzco que la culpable era yo.

-Lo siento. Yo no me di cuenta de...- Me interrumpió- ¡Claro que no vas te vas a dar cuenta! Si estabas con ese teléfono.

-De verdad, lo siento. Yo pagaré por él sí eso es lo que quiere, pero ya deje de hacer un escándalo porque después mi- Fui interrumpida otra vez, pero no por ese chico apuesto, por Michael.

-¿Qué está pasando aquí?- preguntó - ¿Por qué estás hablando con este tipo, Chloe?

-No estaba hablando con él...- ¿Estabas coqueteando con él entonces?- Michael era un poco celoso, creo que aquí iba a haber problemas si no aclaraba esto antes de tiempo.

- No, claro que no. - aclaré.

- ¿Entonces?- preguntó Michael. Estaba enojado, lo sabía. No sé porqué tuve que ver el maldito teléfono.

- Es obvio que estaba coqueteando, ¿qué no ve? Estaba tan embobada conmigo que me derramo el jugo encima.- mi rostro se puso pálido. ¿Cómo ese chico pudo haber dicho eso? ¿Qué no sabía que ahora tendría problemas con mi novio?

- Chloe, ¿estabas coqueteando con él?- preguntó Michael. Créanme que no estaba para nada tranquilo. En cualquier momento iba a estallar y ya estaba preparada para eso.

-¡Claro que no! Yo venía mirando mi teléfono y de repente...- Me viste y te embobaste tanto que te abalanzaste sobre mi y no te percataste que tenía el jugo en las manos.- Sus ojos se veían divertidos, juraba que se estaba burlando de mi.

-¿Qué? ¡Claro que no! Michael, yo sólo lo tropecé...- Mira, será mejor que me vaya. La próxima me avisas que tienes novio antes de tirarte a mis brazos.- Me guiñó un ojo no sin antes darme una sonrisa arrogante y se marchó, dejándome un problema enorme con Michael. ¿Cómo se atrevía a guiñarme el ojo? ¿Por qué dijo que la próxima vez? ¿Acaso nos volveríamos a ver? Primero me trata como una basura y luego comienza a decirme que me moría por él, ¿es bipolar? Espero nunca más verlo en mi vida o sino lo golpearé. No era una persona violenta, pero lo que me hizo con Michael no tiene perdón.

Pasé más de mil horas explicándole a Michael lo que pasó realmente, pero el sólo insistía en que yo no tenía porqué estar coqueteando con tipos mayores estando con él, que cuando no estaba con él era peor o que le dijera si iba a estar con él o iría a buscar a aquel tipo, que si intercambiamos número, le dije que no y comenzó a revisar mi teléfono para ver si lo tenía, que si acaso lo agendé con un nombre clave. Esta situación me parecía un poco graciosa y a la vez algo irritante. Me costó convencer a Michael que no tenía nada con él, que era la primera vez que veía a ese tipo en mi vida y que ya se olvidara de él. Luego me dio un beso y me dijo que estaba celoso, que lo disculpara por su paranoia, yo acepté. Michael se pasaba de histérico, pero luego recapacitaba y eso me hacia feliz, lo amaba tal y como era.

Nunca puedes sentirte segura de nada. Si lo haces, vendrá tu más grande decepción, no debiste confiarte.

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GROSERO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora