Capítulo 23

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Iba siguiendo la camioneta donde tenían al grosero; algunas veces la perdía de vista, pero Megan Fox siempre se sale con la suya.

Vi que nos estábamos alejando un poco del mundo, aunque era algo que pudiera reconocer.

Se detuvieron en un lugar para nada cliché, partiendo del hecho de que es un secuestro. Es más, la casa donde habían llegado era linda. Me pregunto si está en venta.

Tuve que dejar el auto un poco lejos de la casa bonita por seguridad. Donde me lleguen a ver, Chloe la paranoica sale a la luz.

Antes de dirigirme a la casa bonita (que pronto sería su futura dueña) tomé mi teléfono para marcarle a Chase, pero, ¿adivinen qué? No tenía señal la porquería esta. Ahora se me hacia más difícil porque yo no sabía como iba a rescatar a esa bestia de allí. Además, ¿por qué lo hacía? Espero que lo haga por Chase.

Me dirigí a la casa bonita y después no supe qué hacer porque, ¿cómo iba a entrar? Joder, grosero, ¿por qué no me dijiste que te iban a secuestrar? Avísame con tiempo, colega.

Divisé una pequeña puerta que estaba lateral a la entrada principal, me acerqué y...¡bingo! Estaba abierta.

Tontos.

Entré con cuidado buscando cualquier pista que me llevara a donde estaba el grosero. A medida que iba acercándome a la puerta que daba con la cocina, escuchaba voces provenir del otro lado:

-Dice que no tarda en llegar.

-Dijo que estaría aquí hace media hora. Tendrá que darnos más de lo acordado.

-Sólo no hay que perderlo de vista.

Por lo que puedo suponer, eran los mismos que se lo habían llevado, sino, ¿quien más? Pero, ¿quién querría al grosero?

¿En qué me he metido?

Noté que ellos desaparecieron y supe que era mi oportunidad para entrar.

Me fijé si estaba cargada el arma y luego la preparé para disponerme a subir las escaleras.

Espero que me salgan bolas que no tengo para poder hacer esto. Y yo que me sentía valiente matando un insecto.

Cuando subí las escaleras, me encontré con demasiadas habitaciones, lo cual no podía hacer un tour ya que tenía poco tiempo. Si fallaba, estaríamos jodidos.

Gracias a Dios y escuché un par de voces en la habitación última, me aproximé y giré la perilla sólo para probar que estaba abierta. Efectivamente.

Ahora no sabía si entraba tirando la puerta o con cuidado. Si entraba con cuidado, probablemente el que estaba allí con él me tomaría, y si entraba a la fuerza el hombre podía disparar o yo podría poner en alerta al otro. Por lo que veo hay sólo uno.

Decidí arriesgarme y entrar con sumo cuidado, para mi jodida suerte (yo no se sí es porque soy Megan Fox o qué, pero la suerte estaba de mi lado) estaba el tipo de espaldas a mí.

Un gigante.

-Tranquilo, princeso, no tardará.

Escuché que le dijo a él grosero.

Bueno, clases de defensa personal que nunca tomé porque decidí dormir, espero que me sirvan de algo.

-No te atrevas a mover un dedo.-Apunté como pude el arma en la parte trasera de su cuello.

-Baja el arma-Ordené.

Chloe, ¡te felicito campeona!

¡Soy Megan! Chloe aquí no funciona.

GROSERO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora