Capítulo 2

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En la actualidad

El ruido a nuestro alrededor es ensordecedor. Nos impide escucharnos los unos a los otros, pero por suerte, la comunicación no verbal sigue siendo eficaz, aunque pronto no tendremos ni eso, pues el humo es cada vez más espeso. Caminamos agachados la mayor parte del tiempo, para evitar que las balas nos alcancen, pero los escombros que se desprenden de los impactos son más difíciles de esquivar. Suerte que los trajes amortiguan la mayoría de los golpes.

-Derecha y al frente -nos indica Simmons con gestos y nos vamos pasando la orden de unos a otros, para que nadie se quede rezagado.

Estamos colaborando con un grupo de soldados de tierra en una zona bastante conflictiva de Siria y los insurgentes nos han tendido una emboscada de la que estamos intentando salir ilesos. Aunque estábamos a las órdenes del equipo de tierra, pues solo íbamos como apoyo, al iniciarse el conflicto, Simmons se ha hecho cargo y ahora lo seguimos a él. Sé que al jefe del otro equipo no le hace gracia delegar, pero hace tiempo que es un requisito indispensable para que los SEAL salgan en misión con otros grupos. Sobre todo, después de algunos fiascos que se podrían haber evitado si nos dejasen tomar el control de la situación a los SEAL. Lástima que hasta que las cifras de capturas y bajas no alertaron a los altos cargos, nadie moviese un dedo para ponerle remedio.

Cornell y yo, como casi siempre, vamos en la retaguardia. Desde el principio nos hemos compenetrado muy bien en el trabajo y tanto Hank, primero, como Simmons después, han sabido verlo y aprovecharlo. Todavía hoy, después de cinco años, no sé qué pasó aquel día de Paintball entre nosotros, pero me sentí segura y cómoda con el más joven y tímido del equipo. Y no lo digo porque hubiese obedecido todas mis órdenes sin dudar, sino quizá, porque no me sentí juzgada en ningún momento desde que nos conocimos. Admito que su mirada inquisidora aquel primer día en el bar me molestó un poco, pero cuando entendí que no encerraba maldad ninguna, supe que no sería nunca un enemigo. Con Fisher me costó un poco más, hasta que comprendí cómo funciona.

Simmons parece haber encontrado un paso semi-seguro atravesando una casa parcialmente derruida, y nos adentramos en ella con premura. Cornell vigila la retaguardia, mientras yo controlo que nadie se queda atrás. Con el humo aumentando por momentos, no me extrañaría que alguno se desviase de la ruta sin pretenderlo. En cuanto me aseguro de que no falta nadie, le toco el hombro a Cornell para que entre también y entre los dos, bloqueamos el paso con lo que encontramos a mano. Si nos van a seguir, que les resulte complicado, al menos.

-Vamos -me indica Cornell, después de colocar el último cascote sobre el montón que ya hemos apilado.

El resto ha estado comprobando que la casa estaba vacía, antes de aventurarnos a salir fuera de nuevo. Una vez hecha la tarea, Simmons nos reparte de nuevo, ahora que podemos oírlo medianamente bien, y a nadie le pasa desapercibido que está dejando en el centro del grupo a los soldados de tierra. No puedo discutir sus decisiones, pero estoy segura de que algún otro lo haría con gusto, si no estuviésemos en un aprieto de los gordos. A pesar de cuánto le disgusta recibir órdenes, sabe que él no podría sacarnos de aquí; así que veo cómo aprieta la mandíbula con fuerza para no decir nada y cuando Simmons nos pide que actuemos, hace su trabajo sin protestar.

-Habrá que vigilarlo de cerca -Cornell lo señala con la cabeza, haciéndome ver que no soy la única que ha notado que el jefe de tierra no está contento.

Muchos dicen que Cornell es callado en exceso, pero yo he llegado a la conclusión de que solo habla cuando tiene que hacerlo. Recuerdo que las primeras veces en que inicié una conversación con él, apenas me hablaba con monosílabos. Me parecía muy tierno y a veces me sentía mal por obligarle a hablar; sin embargo, después descubrí que hablar con él es incluso, relajante. Pocos lo saben, pero Cornell tiene un coeficiente intelectual por encima de la media y siempre está buscando nueva información que añadir a la que ya conoce. Puedes sacarle el tema que quieras, que sabrá responderte con absoluto conocimiento del mismo. A veces, para burlarme de él, lo llamo "Mi Wikipedia personal". Y muchísimas otras, lo pongo a prueba, buscando temas raros en Internet sobre los que hablar con él. Hasta el momento, nunca he podido pillarlo desprevenido. Creo que lo único con lo que tiene dificultades es la gente, por su timidez extrema. Solo aquellos a los que considera amigos, lo conocemos tal y como es en realidad.

Harper (Saga SEAL 7)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant