Capítulo 20

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Me despierto con el olor de la sangre, entremezclado con otros fluidos que prefiero no saber qué son, aunque tengo una ligera idea. Por un momento, me siento desorientada, pero poco a poco, los recuerdos de lo ocurrido regresan a mí. Hice que me atrapasen para salvar a Cornell y a Doc y, como consecuencia, he acabado en una especie de almacén sin ventanas, con el aire tan viciado, que incluso me cuesta respirar. Creo que es un justo pago por mantenerlos a salvo.

Me palpo el cuerpo en busca de heridas que expliquen el olor de este lugar, pero aparte del bulto en mi frente, no encuentro nada más, lo que me confirma que la sangre no es mía, ni el resto de líquidos que se hayan derramado aquí con anterioridad. Y aunque no me gusta la idea de estar en lo que parece una especie de sala de torturas, porque no augura nada bueno para mí, me conformaré con pensar que sigo viva. Si no me han matado todavía es porque los sirios deben querer sacarme información. Y mientras se entretengan interrogándome, mis compañeros tendrán tiempo para organizar el plan de rescate con los datos que les he proporcionado antes de dejar que me pillasen. 

-Será cuestión de horas -me digo, para reconfortarme. Sé que puedo con ello, me he preparado duramente para soportar situaciones como esta y no cederé ante sus exigencias. El umbral del dolor de los SEAL es muy superior al de cualquier otro soldado, pues somos la élite del ejército estadounidense. Donde la mayoría se rompería, nosotros seguimos aguantando.  

No tengo forma de saber qué hora es ni el tiempo que llevo aquí dentro, pero si no puedo ver lo que hay fuera, quizá ellos tampoco puedan saber que ya me he despertado, así que procuraré no hacer ruido para no alertarlos. Aunque tampoco voy a quedarme parada, esperando a que vengan a por mí. Me levanto con cuidado y camino hacia una de las paredes, para seguirla con mis manos hasta dar con la puerta. No veo entrar luz por ella, así que, o está muy bien sellada, que lo dudo después de ver las instalaciones rudimentarias de este lugar, o es de noche, lo que me preocuparía, pues significaría que he pasado el día entero inconsciente. 

-No puede ser -susurro contrariada, al descubrir que no hay huecos en las paredes. Ni ventanas, lo que ya suponía, ni puertas. Absolutamente nada, salvo roca dura y fría.

Entonces, caigo en la cuenta de que tal vez esta no sea la sala de interrogatorios que pensaba, sino un simple foso donde acaban los presos después de ser torturados en otro lugar. Y que quizá lo que quieren es separarme del resto de soldados para que no les dé esperanzas de ser rescatados. Si se enterasen de que estoy aquí, seguramente se volverían más belicosos, pues donde hay un SEAL, suele haber más, y sabrán que están a punto de ser rescatados. De todas formas, seguiré buscando una salida, porque no sé cuándo vendrán los míos a por nosotros y no me gusta mantenerme ociosa. Esta vez trato de encontrar algún hueco o saliente en la pared que me sirva para escalarla. Ahora que he descubierto lo que es este lugar, y que mis ojos se han adaptado más a la oscuridad, puedo ver en la parte de arriba una minúscula filtración de luz, que me dice que por ahí se sale. Si lograse subir hasta allí, tal vez pudiese abrir la trampilla para escapar. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, así que lo intentaré, al menos. Y aunque no lo consiga, me ayudará a mantener la mente centrada para no pensar en lo que se avecina. Lo primero que nos enseñan es que nuestra propia mente puede llegar a ser el mayor enemigo contra el que tendremos que batallar en muchas ocasiones.

De repente, cuando ya he iniciado mi escalada, escucho ruido arriba y me dejo caer al suelo para que no sepan lo que estaba intentando hacer. La luz del sol me deja ciega por un momento y cubro mis ojos para reducir su impacto en mi vista. Cuando consigo ver de nuevo, están bajando una cesta de hierro, para que suba en ella, supongo. ¿De verdad creen que lo haré sin más?

-Prefiero quedarme aquí -los reto. No sé si me entienden, pero tampoco me importa demasiado. Lo que intento es conseguirles más tiempo a los míos con una pequeña provocación que dudo que traiga demasiadas consecuencias.

Harper (Saga SEAL 7)Where stories live. Discover now