→ Cuarenta y seis

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—Te tardaste —mencionó Yuu ya sentado en la cama, arropado y con la laptop en las piernas.

—Ayudé a nana con los platos sucios —mintió mientras ponía las botanas en la cama con cuidado—. Comamos el helado antes de que se derrita, ¿sí?

—Está bien, yo quiero el de fresa —pidió moviendo su colita involuntariamente, lo que hizo sonreír al rubio, el cual le entregó el potesito.

¿Qué película veremos? —preguntó mientras se acomodaba junto al otro con su respectivo pote de helado de vainilla.

Pensé en ver la saga de Shrek, ¿qué piensas?

—¿Por qué no? —murmuró acercándose hasta quedar ligeramente recostado en el hombro del híbrido, el cual se sonrojó, pero lo permitió, como naturalmente hacía.

Mientras veían la película y comían helado, ambos se acurrucaron contra el otro, acostumbrados a su cercanía; pasaron varias horas de esa forma, comiendo y riendo en las escenas divertidas, hasta que finalmente Yuu empezó a cabecear cuando terminaba la tercera película de la saga, por lo que Mika dejó que esta terminase y le detuvo antes de que pusiera la cuarta parte.

—Vamos a dormir —le pidió cerrando la laptop suavemente.

—Mnh, ¿por qué? —renegó somnoliento—. Solo falta una...

—Y te dormirás antes de terminarla —rió tomando la computadora mientras se levantaba de la cama para ponerla en el escritorio—. Lava tus dientes, ¿sí? Yo limpiaré todo —avisó devolviéndose a la cama para agarrar toda la basura.

Haciendo un puchero, el ojiesmeralda se levantó obedientemente en lo que su dueño recogía las bolsas vacías y las ponía en el bote de basura; le oyó desde el baño agitar las cobijas para quitar las migajas y luego le vio entrar a lavarse las manos y cepillarse también.

De forma tranquila, se asearon y salieron derechito a la cama, en donde Yuu se acurrucó en el pecho del más alto, y este le estrechó en un abrazo, acción común y de costumbre, tan normal como respirar para ellos; y de nuevo, ahí estaba ese sentimiento, aquella sensación.

Mika no tenía sueño, tenía su mente muy ocupada con todo lo que había descubierto y comprendido en el transcurso del día, y entendía que todo el tema del tabú estuvo ahí desde hacía mucho tiempo, incluso desde antes de que el moreno llegase a su vida, pero era precisamente ahora que tenía claro su sentir que eso le molestaba y agobiaba tanto; y sobre su "gusto" hacia él, bueno, supuso que debió darse cuenta antes.

Emitió una ligera risa, porque por mucho que hubiese crecido con él y lo adorase como a un hermanito, que era lo que su hermana Horn solía decir, era claro que nunca pensó de esa forma; desde el primer momento en que sus ojitos se cruzaron, hasta la última vez que lo había besado y había despertado miles de sensaciones dentro suyo que creyó nunca sentir, de alguna forma siempre lo supo.

Y es que llegó a sospecharlo, pero se negó fieramente a aceptarlo inconscientemente, mas después de que sus labios se juntaron, de que se quedase embobado admirando su cuerpo y de que casi tuvo una erección mientras le abrazaba en el mar —de la que se salvó por la ola—, ya no había forma de mentirse; ni de ocultar sus pensamientos impuros sobre él con pornografía, o de obligarse a fijarse en otras personas para saber si tenían el mismo efecto que Yuu le causaba y descubrir que no.

—¿De qué te ríes? —inquirió el moreno sorprendiéndolo al verle desde abajo con sus brillantes ojos—. ¿En qué piensas?

—N-Nada —mintió, sintiéndose algo nervioso por aquella inquisitiva mirada—. Pensé que ya te habías dormido.

—Sí tenía sueño, pero nos acostamos y se me quitó —sinceró haciendo círculos con su dedo en el pecho ajeno.

¿Quieres seguir viendo la peli...?iba a decir mientras deshacía el abrazo para buscar la laptop de nuevo.

—No —le interrumpió y jaló antes de que se parara y lo regresó a su posición original, dejándole confundido—. Q-Quedémonos así...

Mikaela se sonrojó, no podía evitar sentir su corazón emocionado con la tierna actitud que tomaba el mitad-perro, y más notando sus orejitas bajas con vergüenza; quería besarle de nuevo, se moría por hacerlo, pero no quería hacerle sentir incómodo. Se limitó a jalarlo un poco para abrazarlo fuertemente, ocultando su cabeza entre su hombro y cuello.

—M-Mika —le llamó tímidamente.

¿Hm? —preguntó cerca de su oído, haciéndole pasar un corrientazo de pies a cabeza.

—Y-Yo...

El ojizafiro se separó un poco para verle y le tomó de las mejillas suavemente, esperando a que hablara, pero el híbrido sentía su corazón galopar con fuerza, sus mejillas arder de lo rojas que estaban y sus palabras no salían.

—Quiero besarte —susurró el rubio involuntariamente, viéndole fijo.

Segundos después, cuando se dio cuenta de lo que había dicho, casi se tragó su lengua y se sonrojó a más no poder, sintiéndose cohibido y algo estúpido ocultó su rostro con una de sus manos; por su parte, Yuu también se avergonzó, más que nada porque él pensaba lo mismo y no fue capaz de exteriorizarlo.

Después de haberlo hecho en el balcón de hotel no había podido dejar de pensar en ello aunque el mar lo hubiese distraído o el cansancio le hubiese ganado en el camino de vuelta; sin embargo, se había abstenido de hacerlo de nuevo sin preguntar porque fue precisamente el rubio quien detuvo ese tipo de contacto hacía algunos años ya y no deseaba molestarle en absoluto.

Y-Yo también... —murmuró embelesado mientras removía suavemente la mano pálida que cubría el rostro de su amable dueño; recibió su pudorosa mirada—. Y-Yo también quiero...

Los bebés se quieren besar :'''3

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Los bebés se quieren besar :'''3

Oh, feliz navidad para todos, espero que la hayan pasado muy bien y se hayan divertido, recuerden que yo los adoro muchísimo <3

Espero les haya gustado uwu

Bye!

Mi pequeño híbrido [MikaYuu] |En Edición|Where stories live. Discover now