→ Cincuenta y uno

512 75 70
                                    

La tarde fue divertida y amena, todos jugaron, rieron y comieron dulces

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La tarde fue divertida y amena, todos jugaron, rieron y comieron dulces. Así que cuando llegó la hora de separarse, estaban satisfechos con aquella salida y se despidieron entre sí, para luego tomar cada uno un camino distinto. Excepto que Scarlett se ofreció a llevar a Kimizuki consigo hasta su hogar.

En el camino, Yoichi se durmió, así que ella acariciaba su cabeza mientras él estaba recostado en su regazo.

—Shiho, quiero preguntarte algo y espero que no te enojes si estoy equivocada —dijo de la nada. Se había mantenido en silencio desde que partieron del salón de juegos.

—Es raro que te pongas tan seria, ¿qué pasa? —preguntó confundido.

—¿Acaso a ti te gusta Yoi-chan?

Kimizuki sintió que alguien le robó todo el aire en ese corto instante. Se puso pálido sin poder evitarlo y sus manos empezaron a temblar notoriamente. ¿Ella lo había descubierto? No podía creerlo, no quería hacerlo. Y lo peor es que debía responderle o parecería más sospechoso aún, mas no estaba seguro de poder hablar por los nervios siquiera.

—No te voy a hacer nada si me dices que sí, solo quiero estar segura —aclaró, notando el evidente susto por el que estaba pasando su amigo.

—Y-Yo no...

Hay muchas cosas que aún no entiendo sobre las relaciones de humanos e híbridos, pero supongo que amor es amor, ¿y quién soy yo para decidir lo que está bien o no? —le interrumpió—. Ni siquiera estoy segura de lo que yo siento, así que no soy quien para juzgarte, Shiho —continuó, y se giró a verlo directamente a los ojos—. Así que quiero la verdad.

Por unos largos, largos segundos, él calló. Y cuando encontró el valor suficiente para enfrentarla, habló:

—Sí... Me gusta...

—Ya veo —suspiró—. No sé cómo harás que funcione eso, Shiho.

—Yo tampoco lo sé, pero... Gracias... —le sonrió—. Por no juzgarme, quiero decir.

—Oye, ya te dije que no soy quién para hacerlo —rió—. Además, no seré yo quien decida si le gustas a Yoi-chan o no.

Se había quitado un enorme peso de encima. Pero aunque podía respirar mejor, había una gran incertidumbre en su corazón, ya que lo que Scarlett había dicho era muy cierto; por mucho que le gustase y adorase al castaño híbrido, el mundo en que vivían era un lugar cruel y frívolo.

 Pero aunque podía respirar mejor, había una gran incertidumbre en su corazón, ya que lo que Scarlett había dicho era muy cierto; por mucho que le gustase y adorase al castaño híbrido, el mundo en que vivían era un lugar cruel y frívolo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Mi pequeño híbrido [MikaYuu] |En Edición|Where stories live. Discover now