Capítulo 58. Cuando nos volvamos a encontrar (1ªparte)

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Pues por aquí os dejo la primera parte del final, os aviso que preparéis muuchos clínex y todas las armas que se os pase por la cabeza, las vais a necesitar ;)

Las dos semanas que se había puesto Zulema como límite, las pasaron tumbadas en la cama, disfrutando de seguir juntas y seguir viendo crecer a su niña, en esos días, ya no quisieron hablar sobre aquella conversación del río, no les apetecía... e incluso, Zulema pudo convencer al doctor para que Maca no volviera al hospital, ya que en su casa también tenía buen control, por lo que aprovechó para salirse con la suya.

Esa misma mañana, a Zulema le sonó la alarma temprano, se frotó los ojos para coger el móvil y la miró como pudo ya que estaba demasiado dormida. Era la fecha que le había puesto su esposa para acabar con su vida, sus lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas, mientras que la miraba y veía que aún no sufría, que aún podía aguantar unos días más, incluso tenía la esperanza de que su rubia era inmortal.

M: Zulema (susurró) ¿Pasa algo? (Dijo abriendo los ojos)

Z: No esposa (le acarició la mejilla)

M: ¿Y para qué pones la alarma tan pronto?

Z: Para ir a por unas cosas... se acerca navidad y no tenemos adornos ni regalos, ni nada

M: ¿Quieres que te acompañe?

Z: No rubia, tienes revisión con el doctor... como venga y no te vea, te matará

M: Vale (suspiró triste)

Z: Venga rubia (le dejó un beso en sus labios) prometo estar de vuelta a primera hora de la tarde

Zulema fue al cuarto de baño, se dio una ducha fría, volvió a coger un café del frigo y salió de casa. Se montó en la moto pero se quedó paralizada por unos segundos... no iba a por regalos, ni a por adornos... iba a hablar con sus suegros para comentarle lo que había pensado.

Después de suspirar varias veces y de apartar sus pensamientos, arrancó la moto y se fue... durante todo el camino estuvo buscando las palabras adecuadas para que no pensaran nada raro y cuando llegó, ahí estaban, cogidos de la mano, con unas ojeras que le caían al suelo y muy nerviosos.

Z: Buenos días (sonrió acercándose a ellos)

P: Hola Zulema (la abrazó fuerte)

Z: Vamos a entrar a la cafetería, quiero hablar con vosotros

P: Claro (dijo preocupado)

Zulema contaba con la ventaja que tenía con Pedro, habían vivido muchos momentos peores y habían creado un vínculo demasiado especial.

Nada más sentarse, pidieron 3 cafés con leche.

P: Zulema... quieres hablar con nosotros por lo que dice el médico ¿Verdad?

Z: Sí... él ya no sabe cómo curar el puto cáncer (apretó el puño) y la rubia... no tiene muchas fuerzas para estar viajando a otros hospitales

P: Al menos te la has llevado a casa (sonrió)

Z: Sí (trago saliva) pero... yo he venido a comentaros otra cosa... he estado planeando la muerte de mi esposa, aunque suene muy duro, sabemos que va a sufrir y yo no puedo permitirlo (sus lágrimas empezaron a caer por las mejillas) por eso, he robado medicamentos y una sedación terminal... sé que diréis, está loca... pero prefiero que cuando ella me diga que no puede más, hacerle el camino más fácil

P: Zulema (le cogió de las manos) yo estoy contigo en todo lo que decidas... y si Macarena quiere eso, no me negaré (miró a su mujer) ni Ángeles tampoco

A 22 metros de ti❤ {Zurena} TerminadaWhere stories live. Discover now