Capítulo 43. De nuevo juntas

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Macarena fue con cuidado para no hacerle daño ya que sabía que era Zulema.

Z: Bu! (Se levantó de un salto)

M: Casi me matas, lo sabes, ¿No? (Se cruzó de brazos)

Z: Lo siento rubia (susurró) bueno... ¿No me vas a dar un abrazo?

M: Ven esposa (extendió los brazos)

Z: Ahora no quiero (dijo poniendo morritos)

Macarena cogió carrerilla, tal fue el impulso que las dos cayeron en el cartón quedándose a centímetros.

Z: Rubia (le apartó el pelo de la cara) te vas a manchar

M: Me da igual (sonrió dándole besos por toda la cara)

Después de darse todos los besos que no se pudieron dar durante todo este tiempo, las dos se sentaron y empezaron a hablar ya que echaron a Elena para quedarse solas.

M: Zulema... no la habrás liado mucho, ¿Verdad?

Z: Que va... he sido buena (se rió a carcajadas) ¿Y tú?

M: Un poquito...

Z: Anda que (la cogió sentándola encima suya) ¿Y con Bea y la gitana qué?

M: Pues tuve que separarlas...

Z: ¿Por?

M: Porque no querían venir a por ti, entonces las manipulé, aunque la gitana sigue en el hospital (suspiró)

Z: Bueno... podré esperar

M: Sí pero también podemos hacer nuestras trampas (sonrió) ¿Te apetece comer algo?

Z: Eso ni se pregunta rubia, me he quedado en los huesos... aunque, ¿Vas a hacer pellas el primer día de clase?

M: Ya te veo (la observó detenidamente) bah que me cubra Elena (dijo poniéndole un WhatsApp)

Las dos recogieron todo lo que tenía Zulema, después caminaron de la mano hasta una hamburguesería.

Z: Bua (la besó) hace que no me como una hamburguesa...

M: Pues aprovecha que invito yo (le guiñó el ojo)

Cuando entraron, Zulema se pidió la hamburguesa más grande que había y empezó a comer con mucha ansias, de vez en cuando miraba a su alrededor por si alguien venía a quitársela.

M: Tranquila (sonrió) es toda tuya

Z: Como se nota que no has pasado hambre...

M: Oye Zulema (cambió de tema) ¿Y si te vienes a Santander?

Z: Ehh... ¿Rubia me quieres presentar ya a tu familia?

M: ¿Por qué no? (La miró de nuevo) así te das una ducha y duermes en una cama

Z: ¿Y si viene la gitana?

M: Aún no le he pasado ninguna pista y además sigue en el hospital

Z: Pero solo hasta mañana que luego me lías y la que lo pasa mal soy yo (rió a carcajadas)

Después de media hora terminaron de comer, volvieron a la parada del bus y esperaron hasta que llegó. Macarena pagó los billetes y después fueron al fondo a coger asiento ante la mirada de la gente.

Macarena no pudo aguantar más y explotó.

M: ¿Qué coño miráis? Dejarla en paz porque os voy a reventar la puta cabeza (gritó)

Z: Tranquila peque (la sentó encima suya) estoy acostumbrada

Zulema se pasó todo el camino acariciándole el pelo y dándole besos por su cuello, hacía meses que no tenía el contacto físico y lo necesitaba.

A 22 metros de ti❤ {Zurena} TerminadaWhere stories live. Discover now