Capítulo 50. Parto anticipado

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Maca siguió cuidando a Zulema, algunos días se inventaba estar enferma para quedarse a su lado pero Zulema seguía igual de borde con ella.

Había llegado la semana 17 del embarazo, esa mañana, Maca había fingido estar enferma para quedarse con su esposa ya que querían ir a por cositas para la bebé.

M: Zulema (dijo con una bandeja en las manos) vamos a desayunar y después vamos a mirar

Z: Rubia (se incorporó en la cama) no me apetece moverme

M: ¿Lo miramos por internet?

Z: Mejor (cambió de tema) pero peque me parece muy feo que no vayas a trabajar por quedarte a cuidarme

M: Es que yo tengo mi propio bebé (se puso a su lado)

Z: ¿Me estás comparando con tus críos? (Gritó)

M: Zulema, lo eres... (suspiró) llevas exigiéndome caprichos y te tengo demasiado consentida... apenas mueves el puto culo de la cama... me he tenido que tragar lo que quedaba de la casa (la miró a los ojos)

Zulema ante esas palabras agachó la cabeza y sus lágrimas descendieron por sus mejillas.

M: Esposa, yo (se acercó más a ella) no quería hacerte llorar

Z: Estoy sensible, ¿Vale? (Gritó) y tranquila que voy a romper todo lo que tenemos en la puta casa y lo voy a reformar yo (se cruzó de brazos) ah y tira a trabajar que me se cuidar sola

M: No es eso jo... lo siento (se puso a centímetros) me puede el estrés del trabajo y luego que estés tan borde

Z: Ahora no estoy tan borde (volvió a gritar) ah y quiero mimos (puso morritos)

Macarena se sentó a su lado, acarició su cara con las manos y le dejó un dulce beso en sus labios.

En ese momento, Zulema notó un golpe en su tripa.

Z: Rubia joder (la apartó de su boca) ten cuidado con tus pies

M: Zulema, yo no he hecho nada... (miró su barriga)

Z: Hostia (puso sus manos en su barriga) es Olivia... me está dando patadas

M: Claro pero es pa que te calles y dejes de regañar

Z: Vete a la mierda rubia (puso morritos) ahh, me ha dado otra!

M: Toma!!! (Gritó) me está defendiendo a mí (se rió a carcajadas)

Z: Pues ya no te dejo que lo notes

M: Porfi (dijo entre lágrimas)

Zulema al final accedió, cogió las manos de la rubia, las puso en su barriga y después puso las suyas encima.

Z: Ya no da (la miró)

M: Vamos Olivia... que yo también quiero notar que existes (acarició la barriga)

Z: Rubia... parece que estás invocando al demonio (se rió a carcajadas)

En ese momento, Olivia soltó una patada y las dos empezaron a llorar de la emoción.

La barriga de Zulema seguía aumentando y con ella las semanas, ya iba por la semana 28.

En esta semana, Zulema tenía muchos dolores de espalda, cada vez se veía más gorda y su respiración era entrecortada pero Macarena seguía cuidándola como el primer día.

También tenían mucha ropa para su bebé, el carrito, la cuna, el parque y todo los complementos para que fuera la niña más mimada del mundo.

Al día siguiente, Zulema obligó a la rubia a ir a trabajar porque de verla tanto se estaba cansando de ella, cuando se quedó sola le dio un antojo más, pero totalmente diferente a los otros porque a Maca le había pedido, chocolate, gominolas, café... pero esta vez quería un cigarrillo.

A 22 metros de ti❤ {Zurena} TerminadaOnde as histórias ganham vida. Descobre agora